Vista En: TVE-1, viernes 26 de enero de 1990.
Título Original: The Village of the Damned.
Director: Rolf Willa.
Guión: Stirling Silliphant, Wolf Rilla y George
Barclay, basado en la novela Los Cuclillos de Midwich, de John Wyndham,
publicada en 1957. Género: Ciencia Ficción.
Música: Ron Goodwin. Fotografía: Geoffrey Faithfull.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Eileen Sullivan.
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer British Studios. Presupuesto: ±320.000 $.
País: Reino Unido. Año: 1960. Duración: 77 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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George Sanders
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Gordon Zellaby
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Barbara Shelley
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Anthea Zellaby
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Michael Gwynn
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Mayor Alan Bernard
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Laurence Naismith
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Doctor Willers
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John Phillips
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General Leighton
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Richard Vernon
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Sir Edgar Hargraves
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Jenny Laird
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Sra. Harrington
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Thomas Heathcote
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Sr. Harrington
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Martin Stephens
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David Zellaby
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Richard Warner
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Harrington
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Sarah Long
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Evelyn Harrington
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Charlotte Mitchell
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Janet Pawle
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Gordon Zellaby es un científico que cae en un
profundo sueño al igual que el resto del pueblo, Midwich. Cuando tras
despertarse se descubre al poco que todas las mujeres están embarazadas,
Zellaby sigue el proceso de embarazo hasta su nacimiento y precoz crecimiento,
desarrollando una serie de poderes que despiertan el recelo en el pueblo y en
el gobierno.
Crítica: Director de Escuela de Navegación [1956] y
Testigo en la Oscuridad [1959] entre otras, Wolf Rilla realiza una eficaz y aterradora
adaptación de la novela original de Wyndham, apuntalada por un espléndido
George Sanders y una preciosa y afectada Bárbara Shelley, en una trama que
traslada el tema padres-hijos a una nueva dimensión y cuya atmósfera está más
que lograda gracias a la preciosa fotografía en blanco y negro de Faithfull (la
apariencia de Midwich, bucólico y precioso pueblecito de la campiña inglesa: el
inicio, con sus habitantes inconscientes a uno y otro lado del pueblo, es
realmente sobrecogedor, en especial por la ausencia de la música; el ejército,
siempre prestos a elaborar posibles teorías sobre la amenaza de los niños;
éstos, que inquietan tanto por la frialdad de su comportamiento como por su
apariencia física: una pista más que evidente de que parecen “poco humanos”).
Sutil y muy escondida propaganda contra la mentalidad comunista, El Pueblo de
los Malditos es una pequeña joya del cine de terror mezclado con ciencia
ficción que también tiene lectura social y un leve defecto imposible (el
vicario del pueblo, rompiendo su secreto de confesión: no hay forma de creerlo
ni aún a pesar de sus circunstancias; el escándalo y consternación que los
múltiples embarazos causan en el pueblo; la total falta de emociones de los
niños y el lo que uno sabe lo sepan todos como una mente en grupo: ¿una manera
de referirse a la moral soviet?). Manteniendo en todo momento el sentido del
suspense y dando alguna pincelada siniestra (unos ojos, poniéndose en blanco de
repente; el debate entre moral e inteligencia), Rilla acomete un proyecto con
una correctísima factura y ejecución, que desprende una pátina de miedo
perverso sin necesidades de espíritus o monstruos de aspecto deforme. Basta con
un sensacional y tétrico Martin Stephens que pone los pelos de punta.
La Puntilla: La ingenuidad de los científicos para
investigar nunca debe estar por encima de la prudencia ante un grave peligro.
Mi
Valoración
★★★★★
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