Vista En: Cines Marta & María (Avilés), sábado 26
de abril de 2003.
Título Original: Dreamcatcher.
Director: Lawrence Kasdan.
Guión: William Goldman y Lawrence Kasdan, basado en
la novela homónima de Stephen King, publicada en 2001. Género: Ciencia Ficción.
Música: James Newton Howard. Fotografía: John Seale.
Decorados: Amber E. MacLeod y Rose Marie McSherry. Vestuario: Molly Maginnis.
Productoras: Castle Rock Entertainment, Village Roadshow
Pictures, NPV Entertainment, Kasdan Pictures y WV Films II. Presupuesto: ±68.000.000 $.
País: USA. Año: 2003. Duración: 136 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Morgan Freeman
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Coronel Abraham Curtis
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Thomas Jane
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Henry
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Jason Lee
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Beaver
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Damian Lewis
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Jonesy
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Timothy Olyphant
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Pete
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Tom Sizemore
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Owen
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Donnie Wahlberg
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Duddits
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Mikey Holekamp
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Joven Henry
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Reece Thompson
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Joven Beaver
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Giacomo Baessato
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Joven Jonesy
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Joel Palmer
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Joven Pete
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Andrew Robb
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Joven Duddits
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Henry, Beaver, Jonesy y Pete son cuatro
amigos que de niños, al salvar a Duddits, éste les dio una serie de dones y
poderes. Ya mayores, una vez al año se reúnen en una cabaña de montaña para
recordar a Duddits y de ese modo hacer balance de sus vidas. Pero en su última
reunión ven como el ejército acordona la zona, combatiendo a una invasión
extraterrestre.
Crítica: Quien en su día suele el realizador de
Reencuentro [1983] y Grand Canyon (El Alma de la Ciudad) [1991] se mete en
camisa de once varas siendo el perpetrador de una película que luce un trama
repetida hasta el desgaste y con un reparto de lo más extraño, a la sazón de un
Morgan Freeman horrible en su papel y de cuatro protagonistas que se van al
estereotipo tal que más o menos pasaba en otra película de Stephen King, Cuenta
Conmigo [Rob Reiner, 1986] (el ataque del ejército a los extraterrestres, una
especie de patatas gigantes que parecen mojones de King Kong, diseñados por su
peor enemigo; el encuentro de los cuatro amigos en la cabaña, evocando sus días
de niñez por una época adulta más gris de la que desearían; Jonesy, desesperado
en su intento por parar a un alien que intenta entrar a casa por un
sitio...peculiar). Destrozada a potencia infinita por un epílogo de esos que causa
un gigantesco arqueo de cejas en el giro que mete, y floja por defecto desde su
inicio hasta su final, El Cazador de Sueños es de todo menos un largometraje decente y creíble, lanzándose aceleradamente al pantano infecto de las oportunidades perdidas debido a la manera en que desperdicia sus ideas (el flashblack, que explica el encuentro con Duddits y el regalo que éste les hace a cada uno; el desdoblamiento en la personalidad de Jonesy, mientras viaja en una moto de nueve: ¿con esa cara tan rara, quién puede creerse que Damian Lewis pueda encarnar a un héroe de los de toda la vida?; el almacén de ideas, una especie de refugio mental que sirve como un gigantesco archivador: ciertamente de lo más decentillo del film). Descendiendo por la pendiente del desinterés casi desde el primer minuto, Lawrence Kasdan dirige una película con manifiesta desgana. Y lo las letras puestas de la cabaña {“SSDD”}, resulta muy cómico: “Same Shit Different Day”. O básicamente: ‘Misma mierda en distinto día’.
La Puntilla: Alienígenas mis huevos. A mí lo que me mete
miedo es Morgan Freeman y sus cejas. Un poco más y las puede usar de látigos.
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