Vista En: Cines Marta & María (Avilés), jueves 14
de enero de 1999.
Título Original: Enemy of the State.
Director: Tony Scott.
Guión: David Marconi. Género: Intriga.
Música: Harry Gregson-Williams y Trevor Rabin. Fotografía: Dan Mindel.
Decorados: Garrett Lewis. Vestuario: Marlene Stewart.
Productoras: Touchstone Pictures, No Such Productions,
Jerry Bruckheimer Films, Don Simpson/Jerry Bruckheimer Films y Scott Free
Productions.
Presupuesto: ±90.000.000 $.
País: USA. Año: 1998. Duración: 132 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Will Smith
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Robert Clayton Dean
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Gene Hackman
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Edward Lyle
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Jon Voight
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Thomas Brian Reynolds
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Lisa Bonet
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Rachel F. Banks
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Regina King
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Carla Dean
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Stuart Wilson
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Congresista Sam Albert
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Laura Cayouette
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Christa Hawkins
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Loren Dean
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Hicks
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Barry Pepper
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David Pratt
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Ian Hart
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Bingham
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Jake Busey
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Krug
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Scott Caan
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Jones
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Argumento: Robert Dean es un prestigioso abogado de
Washington DC que ve su vida convertida en una pesadilla cuando el jefe de la
Agencia de Seguridad Nacional pone su vista en él para recuperar una valiosa
grabación en la que se ve como ejecutan a un congresista. Su única esperanza
será un contacto que le ayuda en algunos casos, que resulta ser un ex miembro
de la agencia.
Crítica: El inefable Tony Scott, realizador de
películas como Días de Trueno [1990] y Marea Roja [1995], dirige un asfixiante
thriller tecnológico donde el humor y la pose socarrona de Will Smith da paso a
una actuación mucho más seria y contenida, amén de un cambio de voz doblada
sumamente extraño, al lado de dos bestias pardas de la actuación como Gene
Hackman y Jon Voight, en un claro alegato en contra de los excesos
gubernamentales en materia de investigación en aras de la seguridad nacional
(el principio, con Reynolds de charla con el congresista Phil Hammersley, un
breve y genial Jason Robards; la pasmosa capacidad de los técnicos de la ASN
para replicar, al más mínimo detalle, los objetos personales de Dean a fin de
ponerle micros incluso en su reloj de muñeca: las broncas entre ellos son
dignas de patio de colegio; el fascinante y terrorífico instante en el que Dean
llama por teléfono, donde la cámara sigue el rastro digital de la llamada: sus
consecuencias, explosivas). Tomando todos y cada uno de los elementos
habituales en las películas del hermano pequeño de Ridley, Tony Scott saca toda
su mala baba para diseñar secuencias entre lo ridículo y lo magnífico, a veces
rayando la ciencia ficción por su despliegue de medios, visualmente
adrenalítica y con una partitura a la altura de lo esperado (la persecución a
Daniel Zavitz, breve pero tremendo Jason Lee, tan implacable como la de Tommy
Lee Jones a Harrison Ford en El Fugitivo [Andrew Davis, 1993]; Dean y Lyle,
espiando al congresista Albert a fin de darle la vuelta la tortilla: la que
lían es muy parda; el instante en que Reynolds descubre lo que es eso de ‘donde
las dan, las toman’: perfecto). De final alucinante que parece copia/plagio a
Reservoir Dogs [Quentin Tarantino, 1992], la película va más allá de su premisa
y se sirve como una llamada de atención sobre una terrible realidad: que el
gobierno nos espía a todos.
La Puntilla: Si después de ver la película sales de casa y
miras hacia el cielo, alégrate: aún te queda conciencia para preocuparte por tu
intimidad.
Mi
Valoración
★★★★★
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