Vista En: Antena 3, domingo 24 de enero de 1993.
Título Original: Dance of the Vampires.
Director: Roman Polanski.
Guión: Roman Polanski y Gérard Brach. Género: Comedia.
Música: Christopher Komeda. Fotografía: Douglas Scolombe.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Sophie Devine.
Productoras: Cadre Films y Filmways Pictures. Presupuesto: ±2.000.000 $.
Países: USA y Reino Unido. Año: 1967. Duración: 108 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jack
MacGowran
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Profesor Abronsius
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Roman
Polanski
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Alfred
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Alfie Bass
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Shagal, el posadero
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Jessie
Robins
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Rebecca Shagal
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Sharon
Tate
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Sarah Shagal
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Ferdy
Mayne
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Conde von Krolock/Narrador
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Iain
Quarrier
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Herbert von Krolock
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Terry
Downes
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Koukol, el sirviente
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Fiona
Lewis
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Magda, la doncella
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Ronald
Lacey
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Tonto del pueblo
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Sydney
Bromley
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Conductor de Sleigh
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Jack
MacGowran
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Profesor Abronsius
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Argumento: Un anciano profesor experto en cazas vampiros
viaja junto a su iluso e inocentón aprendiz Alfred hasta un remoto pueblo en
las montañas de Transilvania, en donde se supone habita un vampiro. Pero su
misión de darle caza se verá complicada cuando Sarah, la hija del posadero
donde ambos se alojan, sea secuestrada y deban rescatarla antes de que sea
tarde.
Crítica: Divertidísima mezcla entre comedia y terror
que pone patas arriba el mito de los vampiros gracias a las magistrales
interpretaciones de todo su reparto protagonista, desde Jack McGowran al propio
Roman Polanski, que se reserva el papel de aprendiz del profesor Abronsius,
hasta un inmenso Ferdy Maine, sosías de un Drácula al que a veces se le escapa
la risa pero que a lo largo de todo su metraje transmite una sensación absoluta
de maldad (Alfred y el profesor, llegando al pueblo en trineo mientras son
atacados por lobos; una escena en la que las cosas no son como parecen y cuya
conclusión ya da una más que evidente pista de por donde van los tiros; el
mutismo en el que el pueblo se encuentra, cerrado en su hermetismo y
desconfiando tanto del profesor como de Alfred; Sharon Tate, una auténtica
belleza e involuntario eje central de la trama, que roba cada fotograma con una
candidez que roza lo irresistible). Fantástica en la banda sonora así como en
la ambientación, El Baile de los Vampiros es una propuesta a la que ni le falta
encanto ni mucho menos carisma para salirse de lo habitual y sorprender con
algunos detalles dignos de estallar a carcajadas, llegando a niveles de locura
(el encuentro en su habitación entre Herbert, el hijo del Conde, y el tontorrón
Alfred, donde quedan patentes los gustos especiales del primero: mejor
imposible; el baile al que hace referencia el título, simplemente fantástico se
mire por donde se mire; su clímax final, en donde las apariencias no solo
engañan una vez más, si no que llevan su guión a uno de esos cierres a
contracorriente: un más que excelente broche de oro). Preciosa por el detalle
del vestuario así como por los lugares donde se ambienta (el propio castillo,
sin más), Roman Polanski se las compone a las mil maravillas para crear un
largometraje digno de pasar a la historia del cine. Aún a base de los vampiros
más divertidos del mundo.
Mi
Valoración
★★★★★
Me gustó la pelicula. Buena crítica.
ResponderEliminarUn saludo, de javier