Vista En: TVE-1, miércoles 4 de julio de 2001.
Título Original: The American President.
Director: Rob Reiner.
Guión: Aaron Sorkin. Género: Comedia.
Música: Marc Shaiman. Fotografía: John Seale.
Decorados: Karen O’Hara. Vestuario: Gloria Gresham.
Productoras: Universal Pictures, Castle Rock
Entertainment, Digital Image Associates, Wildwood Enterprises y Columbia
Pictures Corporation.
Presupuesto: ±62.000.000 $.
País: USA. Año: 1995. Duración: 114 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Michael Douglas
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Presidente Andrew Shepherd
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Annette Bening
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Sydney Ellen Wade
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Martin Sheen
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A.J. MacInerney
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Michael J. Fox
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Lewis Rothschild
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Anna Deavere Smith
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Robin McCall
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Samantha Mathis
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Janie Basdin
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Shawna Waldron
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Lucy Shepherd
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David Paymer
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Leon Kodak
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Anne Haney
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Sra. Chapil
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Richard Dreyfuss
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Senador Bob Rumson
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Nina Siemaszko
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Beth Wade
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Wendie Malick
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Susan Sloan
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Andrew Shepherd, actual presidente de los
Estados Unidos, está atrapado en su intento de aprobar un proyecto de ley y
unas reelecciones que se presentan difíciles. Su situación, de por si difícil,
se complica al conocer a Sydney Wade, una activista del Medio Ambiente cuya
relación con ella desata la polémica de sus rivales políticos, que intentarán
impedir su reelección.
Crítica: Director de la perturbadora Misery [1990]
como de Algunos Hombres Buenos [1992], Rob Reiner regresa por la puerta grande
con una propuesta a la que le gusta mezclar la risa con el drama, destacable en
lo espléndido del reparto como de los papeles que desempeñan, empezando con un
magnífico y divertido Michael Douglas a un Richard Dreyfuss pasándoselo en
grande con su personaje, sin desmerecer a una preciosa Annette Bening (Wade,
poniéndose ‘cómoda’ durante una charla con Shepherd; Bob Rumson, un crápula
sediento de poder dispuesto a lo que sea por sentarse en el Despacho Oval: no
tiene ni que decirse abiertamente para entender que es de los republicados y
que Shepherd es demócrata: se ve a medio mundo de distancia; Martin Sheen, el
hombre fuerte del presidente, en el que es un reencuentro agridulce de éste y
Douglas después de Wall Street [Oliver Stone, 1987]: su química en pantalla es
de lo mejor del film, como por ejemplo su charla en la sala de billar). Sin que
destaque en exceso en lo tocante a su banda sonora, su vestuario sí que hace
méritos para ser todo lo elegante que requiere la situación, amén de un guión
que sabe donde pulsar suficientes teclas para dar una muestra de como funciona
la política desde dentro (el instante, por accidente, en el que una de sus
ayudantes menciona a Shepherd la viudedad de su esposa como motivo para una
reelección: la cara de éste y su reacción son fantásticas; Wade y su propuesta
medioambiental, una lucha a brazo partido para cambiar las tornas y que la
aprueben pese a tenerlo muy difícil; la idea de un presidente viudo y su
posible enamoramiento aún siendo presidente: un tema controvertido se mire como
se mire con el que Shepherd hace una interesante reflexión). Sin más ánimos que
dar un buen entretenimiento, Reiner cumple sobradamente sus objetivos: un
romance presidencial, con algunas risas de por medio.
La Puntilla: ¿Por qué en estas pelis siempre los
demócratas son los buenos y los republicanos siempre son pintados de villanos?.
Mi
Valoración
★★★★★
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