Vista En: Youtube, martes 28 de marzo de 2017.
Título Original: Le Petit Cordonnier.
Directores: Galaad Alais, Terry Bonvard, Romain Cislo,
Pierre-Yves Lefebvre, Philippe Lim, Benjamin Mariotte, Charley Carlier y Karen
Nawfal.
Guión: Galaad Alais, Terry Bonvard, Romain Cislo,
Pierre-Yves Lefebvre, Philippe Lim, Benjamin Mariotte, Charley Carlier y Karen
Nawfal. Género: Animación.
Música: Rémi Haëntjens y Théo Gallienne.
Dirección Artística: [Desconocido].
Productora: Isart Digital. Presupuesto: [Desconocido].
País: Francia. Año: 2015. Duración: 5 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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[Inexistente]
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En un tranquilo barrio parisino, un pequeño
zapatero se dedica con pasión a crear sus zapatos para así complacer a la
clientela. Pero un buen día un vencedor ambulante se planta en la acera de
enfrente de su negocio, quitándole poco a poco sus ingresos gracias a su
puesto, con intención de que el pequeño zapatero firme un contrato para
venderle su negocio.
Crítica: Ocurrente y atractivo corto ambientado en una
calle de París, que cantaban los de Duncan Dhu, que se olvida de nociones de
tiempo y que en lo bonito de su colorido y de sus personajes se esconde una
crítica feroz hacia el mundo de las opas hostiles y las rivalidades
empresariales, con una trama que en parte recuerda a otro cortometraje, El
Hombre Orquesta [Mark Andrews y Andrew Jiménez, 2005], pero que se aparta de
eso mismo rápidamente para irse a otros vericuetos menos agradables (el duelo
entre el protagonista y su espigado y altivo rival para conseguir los favores
de una clienta; en el que los dos contendientes sacan lo mejor de si mismos, en
una lucha muy desigual; el zapatero, trabajando duro y toda la noche para crear
un nuevo tipo de zapato con el que ganar al vendedor ambulante, solo para
encontrar que éste le ha tomado la delantera: un sutil reflejo de lo que
significa artesanía contra el mecanicismo a gran escala; el curioso detalle de
los zapatos creados por el pequeño zapatero estén vivos, en principio una mera
anécdota pero que más tarde revela su importancia). Dirigida y creada ¡a
dieciséis manos! por todo un equipo artístico, El Pequeño Zapatero convierte
algo tan sencillo como un comercio de barrio en la espina dorsal de una trama
con la avaricia como el telón de fondo, sin olvidar la competencial desleal (el
vendedor ambulante, sacando el contrato de venta a fin de que su rival le ceda
el negocio y le deje el terreno despejado; la apariencia del protagonista y su
rival, el primero un eco muy lejano de Super Mario Bros, y el segundo un
Abraham Lincoln pero con muy aviesas intenciones; la calle y barrio donde
transcurre la acción, de un aire tan familiar y acogedor como también
atemporal). Divertido en sus dos actos finales, la micro-película tiene todo lo
necesario para pasarse cinco minutos de relajados y muy tranquilos. Y también
divertirse a gusto.
La Puntilla: Da igual la ilusión y cariño con que te
dediques a tu tienda. No faltarán crápulas sin escrúpulos deseando quitártela
de mala manera.
Mi
Valoración
★★★★★
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