Vista En: Cines Almirante (Avilés), sábado 5 de mayo de
2001.
Título Original: Save the Last Dance.
Director: Save the Last Dance.
Guión: Duane Adler y Cheryl Edwards, basado en una
historia original de Duane Adler. Género: Drama.
Música: Mark Isham. Fotografía: Robbie Greenberg.
Decorados: Tricia Schenider. Vestuario: Sandra Hernandez.
Productoras: Cort/Madden Productions y MTV Films.
Presupuesto: ±13.000.000 $.
País: USA. Año: 2001. Duración: 112 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Julia Stiles
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Sara
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Sean Patrick Thomas
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Derek
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Kerry Washington
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Chenille
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Fredro Starr
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Malakai
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Terry Kinney
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Roy
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Bianca Lawson
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Nikki
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Vince Green
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Snookie
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Garland Whitt
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Kenny
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Elisabeth Oas
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Diggy
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Artel Jarod Walker
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Arvel
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Cory Stewart
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Lip
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Dorothy Martin
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Mama Dean
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Tras la repentina muerte de su madre, Sara se
ve obligada a irse a Chicago con su padre, su músico sin apenas dinero.
Matriculada en uno de los institutos más marginales de la ciudad, Sara trabará
amistad con Chenille, una estudiante hermana de Derek, un joven que aspira a
ser médico y que le ayudará a Sara a integrarse en el barrio, enamorándose uno
del otro.
Crítica: Tercera película para Thomas Carter después
de Rebeldes del Swing [1991] y la comedia/acción El Negociador [1997] al
servicio de Eddie Murphy, en una película que se antoja como una actualización
siglo XXI de la clásica Dirty Dancing [Emile Ardolino, 1987], cambiando el
hotel de montaña de los años 60 por las calles y locales del Chicago más
barriobajero, en que la bella y arrebatadora Julia Stiles realiza una de esas
actuaciones que solidifican los cimientos de una prometedora carrera en el
cine, al lado de un Sean Patrick Thomas igualmente encantador (la pose perdida
de Sarah, una chica de clase media que de pronto se encuentra con el lado más
amargo de la vida: la cara que pone al ver que Chenille es madre lo refleja a
la perfección; Derek, un chico de buen corazón atrapado por la amistad/lealtad
a Malakai, un violento pandillero interpretado de manera genial por el cantante
Fredro Starr; cada uno de los bailes en el local Stepps, fantásticos por
definición y aún más por ejecución). Aunando tres o cuatro subtramas al mismo
tiempo, esto da como resultado varios frentes abiertos que agilizan sus casi
dos horas de duración, con una banda sonora rabiosamente urbana y una
fotografía tan buena como el trabajo de sus secundarios, con Terry Kinney a la
cabeza (Roy, el clásico músico fracasado que toca en locales de segunda y
tercera; Nikki, la ex novia celosa dispuesta a todo para recuperar a Derek;
Chenille, de pronto acosada por los prejuicios raciales sobre que Sara, una
chica blanca de buena familia, salga con Derek, un chico negro y pobre). Espera
al Último Baile es un film al que no le faltan méritos y excelencias, un
trabajo estupendo beneficiado por la química de sus actores (la de Sara y
Derek, perfecta sin más), y que pese a un final un tanto a contracorriente, se
deja ver como un largometraje de lo más simpático, dejando un nombre para la
posteridad: Julia Stiles.
La Puntilla: Chica blanca de pueblo en barrio negro de
ciudad. Es decir: más cantoso y ruidoso que un elefante en una cacharrería.
Mi
Valoración
★★★★★
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