Vista En: TVE-1, domingo 12 de marzo de 1989.
Título Original: The Haunted Palace.
Director: Roger Corman.
Guión: Charles Beaumont, basado en el poema El
Palacio Encantado, de Edgar Allan Poe, publicado en 1839, y en el relato corto
El Caso de Charles Dexter Ward, de H.P. Lovecraft, publicado en 1927. Género: Terror.
Música: Ronald Stein. Fotografía: Floyd Crosby.
Decorados: Harry Reif. Vestuario: Marjorie Corso.
Productora: Alta Vista Productions. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1963. Duración: 87 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Vincent Price
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Charles Dexter Ward/Joseph Curwen
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Debra Paget
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Ann Ward
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Lon Chaney
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Simon Orne
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Frank Maxwell
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Dr. Marinus Willet/Priam Willet
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Leo Gordon
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Edgar Weeden/Ezra Weeden
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Elisha Cook
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Peter Smith/Micah Smith
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John Dierkies
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Benjamin West/Jacob West
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Milton Parsons
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Jabez Hutchinson
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Cathie Merchant
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Hester Tillinghast
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Guy Wilkerson
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Gideon Leach/Sr. Leach
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I. Stanford Jolley
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Carmody
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Barboura Morris
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Sra. Weeden
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1765, el pueblo de Arkham quema a Joseph
Curwen acusado de brujería, con este jurando volver para vengarse. En 1875, 110
años más tarde, Charles Dexter Ward, el tataranieto de Curwen, viaja a Arkham
con su esposa Ann al haber heredado el castillo familiar. Pero su presencia
despierta los recelos en el pueblo, en la creencia de que Curwen ha vuelto.
Crítica: Sexta producción del ciclo de Roger Corman
inspirada y adaptando textos de Edgar Allan Poe {“Pou”}, que en esta ocasión lo
junta con su digno sucesor H.P. Lovecraft, obteniendo como resultado un
largometraje que por lado derrocha ambiente gótico por los cuatro costados,
pero por otro saca a relucir el horror de dioses primigenios del escritor de
Rodhe Island, todo ello para mayor gloria de un Vincent Price hecho una fuerza
de la naturaleza que eclipsa a todos a su alrededor (Ward y su esposa,
caminando por las calles de Arkham, sufriendo uno de esos encuentros que
suponen de todo menos una agradable bienvenida; la recelosa actitud de Weeden y
demás habitantes del pueblo ante la llegada de Ward, o la demostración de que
no existe nada más perdurable que la superstición; el prólogo, que describe la
captura de Curwen y su juramento de
regresar: pura maldad concentrada). Con dos marcas de la casa de excelencia
como la ambientación y sus vestuarios, elegantes hasta la saciedad, El Palacio
de los Espíritus es una hábil mezcolanza de los universos perturbadores de los
dos genios del terror, como también un relato de magia y venganza de ultratumba
con unos alicientes que son un placer culpable en si mismos (Elisha Cook,
volviendo a encontrarse con Price después de House on Haunted Hill [William
Castle, 1959]: sus habituales ojos desorbitados de miedo son siempre bien
recibidos; Lon Chaney Jr., magnífico hijo de su padre y un punto extra; Ann,
recelando del extraño comportamiento de su marido, sin saber la que le espera).
Guardándose las mejores bazas por lo sugerido y no por lo explícito, cargando
así las tintas en la imaginación (una habitación cerrada, donde Edgar Weeden
tiene “algo” retenido en su interior), Corman acomete con cierta maestría un
largometraje sin mácula, que no pierde gas y cuyo final lo remata en alto. Y
también deja mucho en qué pensar.
La Puntilla: ¿Cómo es que con solo oír su nombre, Curwen
sabe que Ward es su tataranieto?. ¿Es que aparte de brujo es vidente o algo
así?.
Mi
Valoración
★★★★★
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