Vista En: Youtube, viernes 24 de febrero de 2017.
Título Original: The God.
Director: Konstantin Bronzit.
Guión: Konstantin Bronzit. Género: Animación.
Música: Valentin Vasenkov. Dirección Artística: [Desconocido].
Productora: Melnitsa Animation Studio. Presupuesto: [Desconocido].
País: Rusia. Año: 2003. Duración: 4 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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[Inexistente]
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Shiva, dios supremo del hinduismo, reposa
tranquilamente en su estatua de Nataraja cuando, súbitamente, un ruido perturba
su meditación. Percatándose de que una mosca se le ha posado en el cuerpo,
Shiva se las ve y se las desea para conseguir matar a la mosca, la cual logra
eludir todos los esfuerzos de éste por matarla a pesar de sus múltiples brazos
y manos.
Crítica: Brillantísima microproducción que hace de la
genialidad y el ingenio sus armas principales para soltar la risa a la menor
oportunidad, tomando dos elementos en apariencia sin conexión alguna y del todo
independientes para, en su mezcla, lograr cuatro minutos de maestría cómica sin
siquiera decir una sola palabra (la estatua de Shiva, suspendida en mitad del
vacío, quieta en su famosa posición de Nataraja {dios danzante}, dejando todo
elemento externo fuera de la ecuación; los primeros instantes en los que la
mosca hace acto de presencia, provocando a su vez los primeros movimientos del
dios para saber qué es exactamente lo que está pasando; el detalle, muy
acertado, de incluir un zumbido o ruido metálico, otorgando a la estatua dicha
categoría). Dando unos giros de guión que por obvias cuestiones van a toda
pastilla y no dan un segundo de respiro, Bronzit hace de su criatura un corto
más que logrado en todos sus aspectos, encumbrado a El Dios como un simplista
ejercicio sin más pretensiones que entretener y divertir en su disparate, algo
que logra sin el menor esfuerzo por su parte (los primeros planos de los
movimientos en los brazos de Shiva, intentando cazar a la mosca: un lío morrocotudo
de padre y señor mío que acaba de la forma más lógica y a la vez desternillante
posible; el instante en el que Shiva, a sabiendas de que ha logrado capturar a
su gran adversaria, comete el error más predecible de todos a golpe de música
hindú: enésimo caso de lo que supone entusiasmarse demasiado; Shiva, golpeando
el simbólico {que no real} círculo de fuego que le rodea, a la desesperada para
matar a tan minúsculo rival). Lejos de toda intención de ofensa para con el
hinduismo y los hinduistas, el cortometraje es sencillamente una diversión sin
maldad alguna, al que ver como una alocada confirmación de que las moscas son
capaces de sacar de quicio incluso a los más poderosos del universo.
La Puntilla: Hasta los dioses pueden verse derrotados por
el más pequeño de los seres que pueden haber creado.
Mi
Valoración
★★★★★
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