Vista En: Cines Marta & María (Avilés), lunes 29 de
noviembre de 1999.
Título Original: Random Hearts.
Director: Sydney Pollack.
Guión: Kurt Luedtke, basado en la novela homónima de
Warren Adler, publicada en 1984, adaptada por Darryl Ponicsan. Género: Drama.
Música: Dave Grusin. Fotografía: Philippe Rousselot.
Decorados: Susan Bode. Vestuario: Bernie Pollack.
Productoras: Columbia Pictures Corporation, Rastar
Pictures, SPE German Finance Co., Global Entertainment Productions GmbH &
Company Medien KG y Mirage Enterprises. Presupuesto: ±64.000.000 $.
País: USA. Año: 1999. Duración: 133 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Harrison Ford
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William ‘Dutch’ Van Den Broeck
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Kristin Scott Thomas
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Kay Chandler
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Charles S. Dutton
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Alcee
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Bonnie Hunt
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Wendy Judd
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Dennis Haysbert
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Detective George Beaufort
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Sydney Pollack
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Carl Broman
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Richard Jenkins
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Truman Trainor
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Paul Guilfoyle
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Dick Montoya
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Susanna Thompson
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Peyton Van Den Broeck
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Peter Coyote
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Cullen Chandler
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Dylan Baker
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Richard Judd
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Bill Cobbs
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Marvin
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: William Van Den Broeck es un veterano y
curtido detective de Asuntos Internos de Washington DC. Tras enterarse que su
esposa ha muerto en un accidente de avión, descubre casualmente que ella tenía
una aventura con el marido de la congresista Kay Chandler. Esto lleva a ambos a
conocerse y a afrontar tanto la pérdida de sus parejas como su infidelidad.
Crítica: Irregular melodrama mezclado con unas
pequeñas dosis de intriga en donde el emblemático director de Los Tres Días del
Cóndor [1975] y Memorias de África [1987] entre otras saca lo mejor de su dúo
protagonista, a pesar de esa cierta frialdad emocional que siempre destila
Kristin Scott-Thomas y que ya se dejó percibir en otras producciones como El
Hombre que Susurraba a los Caballos [Robert Redford, 1998] (la progresiva
obsesión de Dutch por darle un sentido a la infidelidad de su mujer, usando su
mentalidad policial para buscar alguna prueba que pudiera justificarlo;
Chandler, una congresista cuya intachable reputación es de pronto puesta en
tela de juicio tras la muerte de su marido; ambos, sentados en el coche, con él
preguntándole a él si quiere que la acompañe: la respuesta de ella es tajante
como un alfanje toledano). Absorbente en algunos momentos pero aburrida en
otros, secundarios como Charles S. Dutton o el propio Pollack aportan su
granito de arena y su buen hacer para apuntalar una película excesivamente
sobria y formal, que si bien resulta vistosa su trama no acaba de explotar su
sinopsis central de la manera más profunda posible, quedándose estancada en aguas
algo cenagosas (Dutch y su investigación sobre un compañero de su comisaría,
una trama secundaria que se ve por la pendiente de lo rutinario y que en
principio no aporta nada a la trama, pero que estalla en el momento más
inoportuno; Chandler y Dutch, por fin desatándose emocional y pasionalmente,
uno de esos momentos que se agradece por ver que no son robots insensibles; el
final, que tiene todo el sentido del mundo, tanto por la ubicación como por su
contenido). Una cinta que intenta en todo momento transmitir cotidianidad y
realismo (salvando el trabajo de los protagonistas principales), y que en
conjunto tiene todo lo que necesita para ser una propuesta espléndida. Y Ford,
siempre de diez.
La Puntilla: Pocas cosas más desconcertantes que descubrir
que la persona a quien creías conocer resulta ser muy distinta de lo que
esperabas.
Mi
Valoración
★★★★★
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