Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 4 de
septiembre de 2016.
Título Original: Criminal.
Director: Ariel Vromen.
Guión: Douglas Cook y David Weisberg. Género: Intriga.
Música: Keith Power y Brian Tyler. Fotografía: Dana Gonzales.
Decorados: Robert Wischhusen-Hayes. Vestuario: Jill Taylor.
Productoras: BenderSpink, Campbell Grobman Films,
Lionsgate y Millennium Films. Presupuesto: ±31.500.000 $.
Países: USA y Reino Unido. Año: 2016. Duración: 113 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Kevin Costner
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Jericho Stewart
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Gary Oldman
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Quaker Wells
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Tommy Lee Jones
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Dr. Micah Franks
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Ryan Reynolds
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Bill Pope
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Jordi Molla
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Xavier Heimdahl
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Gal Gadot
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Jill Pope
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Michael Pitt
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Jan Strook (El Holandés)
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Amaury Nolasco
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Esteban Ruiza
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Alice Eve
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Marta Lynch
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Antje Traue
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Elsa Mueller
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Scott Adkins
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Pete Greensleeves
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Lara Decaro
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Emma Pope
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Jericho Stewart, un sociópata perturbado que
lleva media vida en prisión, es escogido para un experimento donde le implantan
la memoria de Bill Pope, un agente de la CIA asesinado recientemente cuya mente
tenía una información vital que impediría que un empresario, Xavier Heimdahl,
se hiciese con el control del código de lanzamiento de misiles nucleares.
Crítica: Reuniendo a tres de las estrellas de JFK.
Caso Abierto [Oliver Stone, 1991], Vromen mezcla acción, intriga y ciencia
ficción con una premisa que a veces parece un cruce entre Frankenstein y
Eternal [Tarsem Singh, 2015], con un villano cuyas motivaciones no acaban de
quedar bien definidas o aclaradas y un bien llevado sentido del ritmo (Tommy
Lee Jones, al que el guión parece haber recortado su papel pero del que aún logra
sacarle algo de brillo; Gary Oldman, en su enésima y genial transformación ante
la pantalla, determinado a cumplir la misión caiga quien caiga; Kevin Costner,
pasándose de rosca para ser todo lo asqueroso y repulsivo que sea posible, a
fin de que más tarde sea más fácil empatizar con él). En tanto la banda sonora
y la fotografía resultan rutinarias la primera y deslucida la segunda, el guión
desbroza sus secretos a paso lento, dejando un margen para mantener el
suspense, dramático cuando toca serlo y expeditivo el resto del tiempo
(Jericho, librándose de volver a la cárcel de la manera más sangrienta; Jill,
una afectada Gal Gadot, intentando descubrir hasta qué punto su marido aún
persiste en Jericho, donde el antaño prota de Robin Hood, Príncipe de los Ladrones
[Kevin Reynolds, 1991] aún da muestras del gran actor que fue en su día;
Heimdahl: ¿un empresario español millonario con ínfulas de destruir a todos los
gobiernos del mundo?). Criminal es una película efectiva a pesar de sus
defectos, algo crepuscular de acabado e intrascendente de contenido, que se
deja como una función a la medida de sus actores (un breve Ryan Reynolds; los
intermitentes flashbacks de la vida de Pope, y el progresivo cambio de Jericho
a raíz de ellos). Un largometraje sencillo con el único encanto de una historia
a la que el final se le ve venir, y donde no hay que pensar mucho, en un
ejercicio rutinario sin otra pretensión que entretener. Con Kevin Costner
pensando que es Ryan Reynolds.
La Puntilla: ¿Coger al más desalmado del mundo, insertarle
los recuerdos de un buen tío y sentarse a ver el resultado?. La peña se lo
flipa, ¿no?.
Mi
Valoración
★★★★★
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