Vista En: Youtube, jueves 16 de febrero de 2017.
Título Original: Electropolis.
Directores: Giorgio Mavrigianakis, Adam Pockaj, Ki Eun
Suh, Adam Trout y Debbie Yu, co-dirigida con Hank Choi, Kevin McCullough, Dimas
Mohammad, Allison Neil, Dan Seddon, Amanda Stocker y Jason Walmsley.
Guión: Dan Seddon. Género: Animación.
Música: Alexis Marsh. Dirección Artística: [Desconocido].
Productora: Cherry Bomb Productions. Presupuesto: [Desconocido].
País: Canadá. Año: 2009. Duración: 5 minutos. Color.
Voces Originales:
|
Personajes:
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[Inexistente]
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Una señal de paso para peatones que pasa sus
días poniendo la misma postura para que éstos crucen la calle sueña con bailar
y de ese modo escapar de un trabajo que no le gusta. Observando el mundo
brevemente por la rendija del semáforo, un día decide saltarse su trabajo y
ponerse a bailar, lo que crea una gran confusión en los transeúntes que le
observan.
Crítica: Magno trabajo en cuanto a realización se
refiere (cinco directores y siete co-directores haciendo un total de doce, ahí
es nada) para una joyita del circuito de cortometrajes que destaca por su uso
de los colores como por el diseño de los personajes, en especial su
protagonista, como también por la ausencia de cualquier diálogo que pudiese
desviar la atención del eje central de una historia que bajo lo sencillo de su
apariencia oculta un mensaje para todas las edades, amén de un encanto al que
es difícil resistirse (el muñeco protagonista, un ser lumínico sin boca ni
cuello, con dos grandes ojos que le sirven para expresar su melancolía por
pasar su claustrofóbica vida encerrado en un cubículo con ponerse en posición
lateral como para correr como única tarea; su expresión mirando un cartel que
corona la azotea de un rascacielos cercano, viendo una pizpireta silueta de
mujer; los humanos que cruzan por el paso de peatones, hechos para remarcar su
tristeza y apatía dentro de un mundo gris y sin emotividad alguna, incluso en
lo sombrío de su vestuario). Llegando a meter algún guiño que se antoja
inconfundible, en lo que parece un claro homenaje al eterno Rey del Pop, a
Ciudad Eléctrica (Electrópolis) se le da de fábula evocar a la pasión por el
baile y la diversión que ello conlleva, como también a cierta crítica respecto
a las consecuencias de lo que pasa si algo se sale de las normas de repente,
bien matizado en su banda sonora (la cara del grupo de viandantes que,
previamente exaltados por los bailes del muñeco, ven lo que pasa con su
apreciado semáforo peatonal; los dos o tres instantes en que el muñequito se
arranca a ritmo del moonwalk o se pone de puntillas, ejemplo de la enorme
influencia y repercusión que Michael Jackson dejó en todo el mundo). Un trabajo
culminado con un final que demuestra lo importante de las emociones, incluso a
través de una señal de tráfico.
Mi
Valoración
★★★★★
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