Vista En: Youtube, sábado 25 de febrero de 2017.
Título Original: Coda.
Director: Alan Holly.
Guión: Alan Holly y Rory Byrne. Género: Animación.
Música: Shane Holly. Dirección Artística: Ronan Mc Neel.
Productoras: Irish Film Broad, Maps And Plans, Frameworks
y Film Group of Unions. Presupuesto: [Desconocido].
País: Irlanda. Año: 2013. Duración: 9 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Joseph Dermody
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Muerto
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Orla
Fitzgerald
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Muerte
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un joven que sale borracho de una discoteca
es atropellado por un coche. Muerto, su alma deja su cuerpo antes que la Muerte
se presente a fin de llevarle hacia al Más Allá. Pero cuando logra dar con él,
el fallecido le implora una y otra vez que le permita vivir más tiempo, lo que
lleva a uno y otro a un viaje fantástico por las diferentes facetas de la vida.
Crítica: Personalísima visión de la vida y la muerte
plasmada con un diseño al límite de lo onírico y lo metafísico, que escoge la
animación tradicional en vez de la por ordenador en 3D para contar una historia
en apariencia sencilla pero que detrás de su sinopsis principal hay toda una
subtrama con multitud de lecturas secundarias e incluso terciarias, dando poco
peso a los diálogos y mucho más a lo visual (el instante, fugaz, en que la
cámara adopta el punto de vista de la Muerte: una serie de almas diseminadas al
azar sobre un fondo sin forma y sin espacio físico que las separe entre ellas;
el hecho de darle a ésta alrededor de tres metros de alto, como remarcando su
altiva presencia y su enorme poder; el accidente de coche, simple, sencillo,
sin sangre pero sin sobrevivir a él, enésimo recuerdo de los peligros del
alcohol como de lo frágil que es la vida). Dotada de una capacidad ciertamente
envolvente en un par de ocasiones como sobria y efectiva en lo tocante a su
colorido y su música, Coda {algo así como “Conclusión”}, es un pequeño esfuerzo
por Alan Holly, en su tercer cortometraje tras La Bola Roja [2007] y Viejos
Colmillos [2009], de tocar la moral y la conciencia sobre lo valioso de vivir
así como la diversidad de experiencias que ésta ofrece, pero llevando su
mensaje a un terreno muy particular (el susodicho viaje de la Muerte con el
recién fallecido, un duelo de inevitabilidad casi como una madre y su hijo en
un parque de atracciones: la primera clamando por irse mientras que el segundo
desea quedarse para siempre; los cambios en la propia Muerte, cuya apariencia
transmuta según la fase del viaje; el simplista trazo en el dibujo, de
principio a fin, coronado con un sencillo golpe de efecto para acabar la
cuestión; las elipsis, sucediéndose con una naturalidad pasmosa). Un trabajo
digno y magnífico, cuyo mensaje es claro y contundente: menos disfrutar el
alcohol, y más disfrutar la vida.
La Puntilla: Nada más valioso que el tiempo. Ni todo el
oro del mundo junto es capaz de comprar el más pequeño de los instantes.
Mi
Valoración
★★★★★
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