Vista En: Tele-5, domingo 19 de marzo de 1995.
Título Original: DeepStar Six.
Director: Sean S. Cunningham.
Guión: Lewis Abernathy y Geof Miller, basado en una
historia original de Lewis Abernathy. Género: Terror.
Música: Harry Manfredini. Fotografía: Mac Ahlberg.
Decorados: Christina Volz. Vestuario: Amy Endries.
Productoras: Carolco Entertainment y Carolco Pictures.
Presupuesto: ±8.000.000 $.
País: USA. Año: 1989. Duración: 105 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Taurean Blacque
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Laidlaw
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Nancy Everhard
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Joyce Collins
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Greg Evigan
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McBride
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Miguel Ferrer
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Snyder
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Nia Peeples
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Scarpelli
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Matt McCoy
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Richardson
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Cindy Pickett
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Diane Norris
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Marius Weyers
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Van Gelder
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Elya Bassin
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Burciaga
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Thom Bray
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Hodges
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Ronn Carroll
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Osborne
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En una base submarina, un grupo de ingenieros
trabaja para el ejército de Estados Unidos creando una base de misiles
submarinos, con idea en un futuro de crear una colonia permanente. Pero al
volar una cueva en el lecho marino, una desconocida y enorme criatura que
habitaba en su interior ataca a los ingenieros y a la plataforma, intentando
acabar con ellos.
Crítica: Intrascendente película de serie B con la que
el director de Viernes 13 [1980] y Un Extraño Está Mirando [1982] entre otras
realiza una mezcla un tanto imposible entre otros títulos como Tiburón [Steven
Spielberg, 1975], al que le mete como quien no quiere la cosa algún bichito
rollo Alien, el Octavo Pasajero [Ridley Scott, 1979], teniendo elementos de
ambas partes con clara intención de beber de ambas, pero nunca en la posología
correcta para que la trama funcione, quedándose siempre a medio gas aunque su
historia prometía más de lo que acaba dando (la tripulación de la plataforma,
puro estereotipo cuya evolución personal importa tan poco como si viven o
mueren víctimas de la criatura y su voraz apetito: su nivel actoral deja que
desear; Peeples, una Verónica Cartwright de segunda que como en la peli de
Scott se ve dominada por el miedo: un error con fatales consecuencias; el
diseño de la criatura en si, perturbador y que parece una mezcla entre alien y
tiburón pero venido a menos). Tal y como ya ocurriese con La Cosa y E.T., el
Extraterrestre [John Carpenter y Steven Spielberg, ambas de 1982], Profundidad
Seis se presenta como la antítesis de otra película acuática, Abyss [James
Cameron, 1989], la cual tira más hacia el terror visceral y de casquería que no
a la ciencia ficción profunda y reflexiva, desmelenada al extremo (Snyder,
cometiendo el error de no descomprimir en su ascensión a la superficie:
repugnante solo de verlo; un examen médico a una de las chicas, que revela
tener dos corazones en vez de uno: un flaco intento de aportar dramatismo e
historia, que tampoco sirve de mucho; Gelder, mentalidad cuadriculada a la
enésima potencia: su forma de pasar del aviso de Scarpelli recibe “justa
recompensa”). Trepidante en la banda sonora y claustrofóbica en la fotografía,
la película es agradecida en la intención, pero cuyos resultados son muy pero
que muy discretos.
La Puntilla: Sabemos mucho más de lo que ocurre en el
espacio exterior que en el fondo del mar. Por algo será, ¿verdad?.
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