Vista En: Canal Hollywood, martes 23 de agosto de 2016.
Título Original: Philadelphia.
Director: Jonathan Demme.
Guión: Ron Nyswaner. Género: Drama.
Música: Howard Shore. Fotografía: Tak Fujimoto.
Decorados: Karen O’Hara. Vestuario: Colleen Atwood.
Productoras: TriStar Pictures y Clinica Estetico.
Presupuesto: ±25.000.000 $.
País: USA. Año: 1993. Duración: 125 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Tom Hanks
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Andrew Beckett
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Denzel Washington
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Joe Miller
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Jason Robards
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Charles Wheeler
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Antonio Banderas
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Miguel Álvarez
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Joanne Woodward
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Sarah Beckett
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Robert W. Castle
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Bud Beckett
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Mary Steenburgen
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Belinda Conine
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Ann Dowd
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Jill Beckett
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Lisa Summerour
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Lisa Miller
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Charles Napier
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Juez Lucas Garnett
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Roberta Maxwell
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Jueza Tate
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Buzz Kilman
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Crutches
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Andrew Beckett es un prometedor abogado que
descubre que es portador del virus del SIDA. Buscando ayuda en otro abogado,
Joe Miller, los dos demandan al bufete de Beckett, acusados de despido
improcedente. Pero conforme el juicio avanza y la salud de Beckett va
empeorando, Miller acaba teniendo que enfrentarse a sus propios prejuicios
sobre el caso.
Crítica: Después de la exitazo que supuso El Silencio
de los Corderos [1991], Jonathan Demme vuelve a cambiar de género para servir
en plato frío y con una evidente muestra de crítica y cinismo social una
historia judicial que va mucho más allá del propio juzgado, encontrando su
fuerza en las actuaciones de los dos actores principales, llenando la pantalla
con una intensidad fuera de serie (Beckett, teniendo que disimular ante las
bromas de sus compañeros de bufete; la reacción de Miller al descubrir de la
enfermedad de Beckett: no hay palabras que lo describan, y ni falta que hace;
el deterioro, tanto mental como físico, de Beckett, en que Tom Hanks revela ser
uno de los mejores de su generación). Un alegato sobre homofobia,
discriminación y prejuicios que cuenta con Antonio Banderas en otro proyecto de
Hollywood tras La Casa de los Espíritus [Bille August, 1993] y Los Reyes del
Mambo Tocan Canciones de Amor [Arne Glimcher, 1992], y el veterano y
excepcional Jason Robards en un papel hecho a su medida, todos ellos implicados
de una forma u otra en una situación que les supera (la primera aparición de
Miguel, presto a comprobar el estado de Beckett; Wheeler, explicando a sus
compañeros su recelo hacia Beckett y lo que hizo; Miller, en un bar, pinchando
a un amigo suyo a base de insinuársele: magistral). Poderosa e hipnótica en
algunos instantes como a la vez devastadora en algunos otros, Philadelphia mete
el dedo en la llaga hasta el nudillo en cuanto a su forma de abordar el SIDA y
lo que implica en quienes lo padecen y lo sufren alrededor (la cara de Miller,
viendo a Beckett escuchar ópera; éste, subiéndose la camisa a petición de
Miller, uno de esos momentos de hacerse un nudo en la garganta), reflejando una
humanidad que, mostrada en ambos espejos, blanco y negro, se erige como una
auténtica gozada y una oda hacia la igualdad de sexualidad. Grandiosa por
méritos propios.
La Puntilla: Para destruir cualquier prejuicio, solo es
necesario dejar atrás a su más poderoso y visceral aliado: la ignorancia.
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