Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 27 de agosto
de 2016.
Título Original: Pete’s Dragon.
Director: David Lowery.
Guión: David Lowery y Toby Halbrooks, basada en una
historia de Seton I. Miller y S.S. Field, inspirado en el libreto original de
1977 de Malcolm Marmorstein. Género: Fantástico.
Música: Daniel Hart. Fotografía: Bojan Bazelli.
Decorados: Simon Bright y Adam Willis. Vestuario: Amanda Neale.
Productora: Walt Disney Productions. Presupuesto: ±65.000.000 $.
País: USA. Año: 2016. Duración: 103 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Bryce Dallas Howard
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Grace Meacham
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Robert Redford
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Sr. Meacham
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Oakes Fegley
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Peter
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Oona Laurence
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Natalie
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Wes Bentley
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Jack
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Karl Urban
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Gavin
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Isiah Whitlock Jr.
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Sheriff Gene Dentler
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Marcus Henderson
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Woodrow
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Aaron Jackson
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Abner
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Phil Grieve
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Bobby
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Steve Barr
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Ayudante de sheriff Smalls
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Keagan Carr Fransch
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Doctor Marquez
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Tras un accidente de coche donde mueren sus
padres, Peter es un niño que vive en el bosque con un enorme dragón verde
llamado Elliot. Un día es encontrado por una guarda forestal, Grace, que lo
lleva a su casa, pero él intentará volver junto a Elliot, sin saber que un
leñador y unos compañeros de trabajo suyo van detrás de él para capturarle y
llevarle el pueblo.
Crítica: Remake de Pedro y el Dragón Elliot [Don
Chaffey, 1977] a cargo del realizador de En un Lugar sin Ley [2013], que
prescinde de la combinación de dibujos animados e imagen real como en la
anterior para dar el cambiazo a unos efectos digitales bastante lucidos en lo
que al propio Elliot se refiere, en un largometraje cuya pátina insinúa estar
ambientada a finales de los años 70 (la ausencia de móviles, ordenadores y
demás tecnología; el inicio, en el que se describe el accidente de coche: los
peinados y las ropas de los padres de Peter apuntan maneras; Elliot o el dragón
más perruno jamás visto, como si se tratase de una versión enorme verde y alada
de Scooby Doo al que solo le falta hablar). Sorprendente por un reparto donde
figuran un afectado Robert Redford, una siempre deslumbrante Bryce Dallas
Howard y un Karl Urban que de mero cascarrabias en la saga Star Trek se pasa al
clásico villano avaricioso, Lowery mete toda la carga emocional en el
jovencísimo Oakes Fegley, al que le toca hacer de niño salvaje, lográndolo a
medias (la capacidad de Peter de hablar con total naturalidad, imposible de
llevar años en el bosque sin otros humanos para socializar; los ojos de Howard,
tan expresivos como siempre: su mirada a un coche de los servicios sociales o
al propio Elliot lo dicen todo; el Sr. Meacham, comentando ante Grace una
anécdota de su juventud). Con varias señas de identidad de Disney a la cabeza
como el personaje de Natalie, una especie de versión infantil de la Jane de
Tarzán diseñada para empatizar con Peter, y un atmósfera que convierte Nueva
Zelanda (donde se rodó toda la película) en la parte más forestal y maderera de
Estados Unidos, Peter y el Dragón es una actualización edulcorada de la cinta
de Chaffey con un cierre predecible y una banda sonora de lo más agradable. Un
cuento para niños que pese a sus pasajes turbios, todo sale a pedir de boca.
Típico de Disney.
La Puntilla: Hemos apartado de tal forma la magia en
nuestras vidas que, si está reapareciese, la rechazaríamos incapaces de asumir
su existencia.
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