Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), viernes 23 de
diciembre de 2016.
Título Original: Pixi Post eta Opari-Emaileak.
Director: Gorka Sesma.
Guión: Edorta Barruetabeña, basado en una historia
original de Juanjo Elordi y Edorta Barruetabeña. Género: Animación.
Música: Michael Richard Plowman. Dirección Artística: Mikel Louvelli.
Productoras: Somuga, Bitebilau, Digitz Films, Euskaltel,
Departamento de Cultura del Gobierno Vasco, Euskal Irrati Telebista, Servicio
de Conservación, Diputación Foral de Bizkaia, Ibermedia, Proimágenes Colombia e
Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales.
Presupuesto: ±258.333 € (±298.000 $).
País: España. Año: 2016. Duración: 70 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Itziar
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Urretabizkaia
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Iñaki Beraetxe
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Monopolish
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Kándido Uranga
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Olentzero/San Nicolás
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Miren Aranburu
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Snegurochka/Gorri
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Eduardo Gorriño
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Santa Claus
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Eba Ojanguren
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Kepa
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Mikel Mendizabal
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Melchor
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Mañu Elizondo
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Gaspar/Ded Moroz
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Jesús Izeta
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Baltasar
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Ramón Zalakaín
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Hoteiosho
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Arantxa Móñux
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Befana
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Joseba Sacristán
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Tom
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Pixi Post es un elfo que vive en Arbolié, un
lugar mágico donde habitan los seres mágicos de la Navidad. Cuando uno de
ellos, Hoteiosho, es secuestrado, Pixi es la elegida por el foro de genios de
Navidad para dar con él. Enviada al mundo humano y trabajando como mensajera,
descubre que el responsable es Monopolish, un antiguo genio en busca de
venganza.
Crítica: Segunda película de Gorka Sesma después de
Olentzero y la Hora de los Regalos [2008], y una verdadera delicia en cuanto a
su premisa y a la idea básica de la misma, pero faltándole los medios
necesarios para explotarla con toda la fuerza y potencial que realmente
merecía, en una historia encomiable sobre diversidad cultural algo incompleta
pero valiosa de contenido pese a la escasez en su duración como parca en
resultados finales (la animación digital, acartonada como el diseño de los
personajes, echándose a faltar naturalidad y dinamismo en sus movimientos; la
inclusión de genios de muchas partes del mundo como Befana, Ded Moroz o
Hoteiosho, pero no de ayudantes como el mexicano Pedro el Negro o el asturiano
Príncipe Aliatar; el flashback sobre el origen de Monopolish, en que la
animación cambia el estilo: ingenioso cuando menos). No obstante, a pesar de
sus múltiples taras, ideas como el personaje de la propia Pixi o Kepa, un niño
en principio repelente pero que no tarda en cambiar para ser algo más
entrañable, permiten conectar fácilmente con dos personajes metidos en un mundo
anacrónico para ambos (Pixi, una amante de la informática y las nuevas
tecnologías en un reino de magia que rechaza la ciencia; Kepa, un niño
resentido con Olentzero por no haberle dado el regalo que pedía: una escena muy
emotiva; Monopolish, un megalómano con un ego del tamaño de una catedral, cuyo
ambición es enorme y ridícula por igual: lo del transmutador es una buena
prueba de ello). Insólita en cuanto a darle un tratamiento universal a la
Navidad nunca visto antes, y con ideas que apuntan maneras como alegato
ecologista (los genios, hablando entre si mediante los árboles; el foro donde
se reúnen, preparando la campaña navideña), Pixi Post y los Genios de Navidad
es un ideón que pide a gritos tener su propio remake made in USA. De esos que
cuestan 200 millones y no solo 200 mil.
La Puntilla: Hay que joderse. ¿Cómo puñetas Disney o Píxar
jamás han hecho esta peli, cuando lo tenían en bandeja de plata?.
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