Vista En: Gnula.nu, miércoles 2 de noviembre de 2016.
Título Original: Phantasm.
Director: Don Coscarelli.
Guión: Don Coscarelli. Género: Terror.
Música: Fred Myrow y Malcolm Seagrave. Fotografía: Don Coscarelli.
Decorados: Doug Cragoe, Stephen A. Miller y Kurt Tiegs. Vestuario: Shirl Quinlan.
Productoras: New Breed Productions Inc. Presupuesto: ±300.000 $.
País: USA. Año: 1979. Duración: 88 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Michael Baldwin
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Mike
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Bill Thornbury
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Jody
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Reggie Bannister
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Reggie
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Ken Jones
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Sepulturero
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Susan Harper
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Novia
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Lynn Eastman
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Sally
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David Arntzen
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Toby
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Ralph Richmond
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Camarero
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Bill Cone
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Tommy
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Mary Ellen Shaw
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Adivinadora
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Terrie Kalbus
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Nieta de la adivinadora
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Angus Scrimm
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El Hombre Alto
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Mike es un joven traumatizado por el reciente
fallecimiento de sus padres. Intimidado por el empresario de pompas fúnebres
del pueblo, se decide a seguirle, observando como se lleva ataúdes del
cementerio. Ayudado por su hermano Jody y Reggie, un amigo de la familia, los
tres descubren que el Hombre Alto resucita a los muertos para convertirlos en
esclavos.
Crítica: Tercera película para Coscarelli tras los
dramas Jim, el Más Grande del Mundo y Kenny y Compañía [ambas de 1976], en una
propuesta de terror con una poderosa carga onírica tanto en lo visual como en
lo musical donde, por méritos propios, quien se lleva la función de calle es
Angus Scrimm y su 1’93 metros de altura, imponiendo en cada una de sus
apariciones un miedo reverencial (Mike, observando a El Hombre Alto levantar él
solo un ataúd, en una clara muestra de una fuerza muy por encima de lo normal;
la reacción de éste al frío al pasar junto a la furgoneta de los helados, ante
un inconsciente Reggie y un agitado Mike; la apariencia del panteón y de sus guardianes,
unas esferas voladoras de una asombrosa capacidad letal). Estupenda en su parte
fotográfica como en el trabajo de Myrow y Seagrave, que crean una partitura
ciertamente excepcional que evoca los mejores sonidos psicodélicos de los 60 y
70, Coscarelli hace de la contención y la evocación su mejor arma para dar un
desasosiego constante, en el que los detalles más sencillos son los que dan la
clave para los grandes acontecimientos (Reggie, recordando el efecto de poner
sus dedos sobre un pequeño diapasón; Mike, probando a meter su mano en el hueco
entre dos pequeñas barras metálicas, solo para quedarse a punto de entrar en
una dimensión: un momento inolvidable; la cámara, en un plano subjetivo,
reflejando el punto de vista de las esferas y cómo ven ellas: una especie de
mosaico alucinógeno que recuerda el viaje de Bowman al final de 2001: Una
Odisea del Espacio [1968]). Haciendo de la brevedad también una virtud y no un
defecto, lo cierto es que Phantasma es una simpática película de terror de
serie B que, gracias al buen hacer de su director, sobresale de la media para
erigirse en una velada de misterios, muertes y demonios, tocando las teclas
necesarias para triunfar. Hasta en unos enanos encapuchados.
La Puntilla: ¿Un empresario de pompas fúnebres que
esclaviza muertos y se va de viaje dimensional?. A veces lo de colocarse sale
de puta madre.
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