Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 7 de
diciembre de 2013.
Título Original: Escape Plan.
Director: Mikael Håfström.
Guión: Miles Chapman y Jason Keller (firmando como
Arnell Jesko), basado en una historia original de Miles Chapman. Género: Intriga.
Música: Alex Heffes. Fotografía: Brendan Galvin.
Decorados: Bradford Johnson. Vestuario: Liz Wolf.
Productoras: Mark Canton Productions, Envision
Entertainment, Atmosphere Entertainment MM, Boies/Schiller Film Group,
Knightsbridge Entertainment, Summit Entertainment y Emmett/Furla Films. Presupuesto: ±50.000.000 $.
País: USA. Año: 2013. Duración: 115 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Sylvester Stallone
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Ray Breslin
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Arnold Schwarzenegger
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Rottmayer
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Jim Caviezel
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Hobbes
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Faran Tahir
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Javed
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Amy Ryan
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Abigail
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Sam Neill
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Dr. Kyrie
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Vincent D’Onofrio
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Lester Clark
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Vinnie Jones
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Drake
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Matt Gerald
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Roag
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Curtis ‘50 Cent’ Jackson
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Hush
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Caitriona Balfe
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Jessica Miller
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David Joseph Martinez
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Capitán Newal Beradah
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Ray Breslin es un antiguo abogado que ahora
trabaja como jefe de una agencia privada, dedicando su tiempo a entrar en prisiones
para huir de ellas y descubrir sus puntos débiles. En su nuevo encargo es
enviado para revisar una cárcel de máxima seguridad, La Tumba, pero éste se
complica al ver que ha sido traicionado y que nadie sabe de su presencia allí.
Crítica: Mikael Håfström, realizador de torpezas
cinematográficas como 1408 [2007] y El Rito [2011], repite punto por punto la
fórmula de otras veces con una película que llega con 20 años de retraso, cuyo
peso y toda opción a una pizca de entereza y credibilidad quedan desterrados al
olvido por el peso de unos cansados Sylvester Stallone y Arnold Schwarzenegger,
que se dedican a pasar el tiempo haciendo de ellos mismos alegremente (el
principio, donde se ve el trabajo de Breslin: una copia paso a paso de lo que
Robert Redford hizo en Sneakers, los Fisgones [Phil Alden Robinson, 1992];
Breslin y Rottmeyer, en la zona común, hablando sobre los motes de los
celadores: divertido pero al mismo tiempo superfluo; Breslin, descubriendo qué
es en realidad La Tumba y donde se encuentran: un momento que busca pero no
logra darle tensión y/o intriga que la haga más atractiva). Sacando su mejor
baza en sus actores secundarios que en los principales, tanto la fotografía
como la banda sonora se vuelven rutinarias y funcionales, si bien el diseño de
producción se guarda un as en la manga para buscar los tres pies al gato y de
ese modo meterle un poco de dificultad (Jim Caviezel, en uno de esos papeles
hechos para cobrar el consabido cheque y divertirse haciendo de malo; la
aparición del traidor, que no sería más evidente ni anunciándolo mediante
carteles de neón: ¿tanto costaba disimular un poco?; Sam Neill,
desaprovechadísimo que dan ganas de estrangular a los guionistas). Una cinta
hecha por y para fans incondicionales de los héroes más musculitos de los años
80 en su etapa menos juvenil y más madura (66 años para Arnold, y 67 para Sly),
que funciona como una simple y deslustrada aventura que podría haber dado mucho
más de si (el cierre, en el que la sorpresa no existe; el diseño de La Tumba y
de sus celdas). Y 50 Cent y Amy Ryan son un extra decente. Pero la cinta es del
todo olvidable.
La Puntilla: ¿Alguien se imagina esta peli, pero estrenada
en 1993?. Sería un clásico pero de los gordos. Ahora es solo una ponzoña pero
de las gordas.
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