Vista En: TVE-2, lunes 20 de marzo de 2006.
Título Original: Platillos Volantes.
Director: Óscar Aibar.
Guión: Óscar Aibar y Jorge Guerricaechevarría. Género: Drama.
Música: Javier Navarrete. Fotografía: Mario Montero.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: [Desconocido].
Productora: Warner Sogefilms A.I.E.
Presupuesto: ±2.253.327 € (±2.429.537 $).
País: España. Año: 2003. Duración: 99 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Ángel de Andrés López
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José Félix Rodríguez Montero
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Jordi Vilches
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Juan Turu Vallés
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José Luis Adserías
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Amador
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Angels Poch
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Antonia
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Macarena Gómez
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María
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Berta Ojea
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Sra. Botifoll
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Juan Margallo
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Boris
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Leo Bassi
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Sr. Karma
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Pere Ponce
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Individuo vigila #1
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Paco Hidalgo
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Individuo vigila #2
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Enrique Villén
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Ufólogo
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Manel Castillejos
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Profesor Marius
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: A principios de los años 70, José y Juan son
dos hombres que se conocen al compartir su afición hacia el mundo de los OVNIs
y los alienígenas. Progresivamente se establece entre ambos una relación de
dependencia y de obsesión hacia los extraterrestres, lo que mina poco a poco su
vida familiar y les pone en peligro frente a las estrictas autoridades
franquistas.
Crítica: Segunda película de Aibar tras la
inclasificable Atolladero [1995], a mayor gloria del cantante Iggy Pop,
recreando en clave de melodrama con un leve tinte de comedia los eventos que
llevaron a lo que ocurrió en Tarrasa en 1972, teniendo en su haber las
excelentes interpretaciones de su dúo estelar y alguna que otra actuación
secundaria, pero cuyo guión no acaba de tener la fuerza necesaria para
despegar, quedándose en agua de borrajas (la visita de José y Juan a una
reunión de amantes de los OVNIs, donde el periodista del misterio Iker Jiménez
hace un cameo...haciendo de escéptico; el encuentro de ambos con las fuerzas
del orden, para las que eso de los OVNIs era poco menos que una chaladura de
baja estofa; María, la novia de Juan, una chica sencilla y amable que ve como
su novio va poco a poco degradando su estado mental: Macarena Gómez está más
que espléndida). Retrato costumbrista de la España de los últimos años de la
dictadura, el largometraje se balancea a la hora de abordar el famoso caso que
conmocionó a todo un país, casi como buscando una cierta reconciliación, pero a
veces sacando una vena algo más amarga en su trazado (el vestuario y la
ambientación, reviviendo una España austera y pesimista obsesionada que
respiraba al Caudillo por los poros de la piel; su clímax final: aunque se hace
interesante de ver, su tono conciliador rompe y entronca con todo lo expuesto
anteriormente; Juan, descubriendo a José haciendo unas fotos un tanto menos
espontáneas y naturales de lo que deberían: un momento de tensión emocional
entre ambos). Lejos de alcanzar su potencial pero tampoco siendo un disparate
completamente, Oscar Aibar hace de su Platillos Volantes una película entre lo
decente y lo acartonado, moviéndose en arenas movedizas en las que se hunde lo
justo para que no se prodigue en virtudes. Aún así, se deja ver. Aunque solo
sea por los protas.
La Puntilla: Si ser seguidor del misterio y lo
sobrenatural es difícil, imagina hacerlo en una dictadura donde está prohibido.
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