Vista En: Cines Cinebox (Corvera), jueves 17 de
noviembre de 2005.
Título Original: Flightplan.
Director: Robert Schwentke.
Guión: Peter A. Dowling y Billy Ray. Género: Intriga.
Música: James Horner. Fotografía: Florian Ballhaus.
Decorados: Simon-Julien Boucherie y Kathy Lucas. Vestuario: Susan Lyall.
Productoras: Touchstone Pictures y Imagine Entertainment.
Presupuesto: ±55.000.000 $.
País: USA. Año: 2005. Duración: 98 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jodie Foster
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Kyle Pratt
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Peter Sarsgaard
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Carson
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Sean Bean
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Capitán Rich
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Kate Beahan
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Stephanie
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Michael Irby
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Obaid
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Assaf Cohen
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Ahmed
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Erika Christensen
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Fiona
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Shane Edelman
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Sr. Loud
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Mary Gallagher
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Sra. Loud
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Haley Ramm
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Brittany Loud
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Forrest Landis
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Rhett Loud
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Jana Kolesárová
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Claudia
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Kyle Pratt y su hija pequeña Julia suben a un
avión con idea de enviar el cuerpo del marido de Kyle a Estados Unidos, tras
morir súbitamente. Pero el vuelo se complica cuando, al despertar, Kyle
descubre que su hija no está y ninguna de las azafatas recuerda ver a la niña.
Aún peor, al capitán se le avisa de una amenaza de bomba y piensan que Kyle es
una terrorista.
Crítica: Tercera película para Schwentke después de
Tattoo (Tatuaje) [2002] y Las Joyas de la Familia [2004] y primera rodada en
USA, en la que una Jodie Foster metida en camisa de once varas se convierte en
el epicentro de un lío psicológico de tres pares de narices, donde realidad y
ficción chocan de más de un modo a cual más imposible, situando el escenario
principal en un avión para asegurar un entorno enclaustrado y darle un toque
extra de aislamiento (los intentos de Kyle de hacer creer que Julia está en el
avión, en que casi se llega a sugerir que ella no sea alguien real: ¿en serio
pretenden hacer creer el espectador que una niña de seis años no tiene amigos
ni familia que sepan de ella para confirmar su existencia?; Peter Sarsgaard,
uno de esos actores en que ni aún proponiéndoselo sería creíble como un tipo
sin nada que ocultar; Sean Bean, un cambio de registro más que sorprendente y
con el que logra un trabajo decente: su careo con Kyle sobre su hija prueba lo
dúctil que es como actor). Sacando a relucir los fantasmas del 11S en cierto momento
y teniendo a James Horner para meterle un contrapunto musical que matiza cada
escena con su habitual buen hacer, Plan de Vuelo: Desaparecida es un
largometraje de duración precisa que funciona a un ritmo algo eficiente para
servir un más que blando ejercicio de intriga con giros de guión predecibles y
repetidos a más no poder, que van cumpliendo su labor de ser muy rutinarios
(Kyle junto a la ventanilla, ahumándola con su aliento; Carson, informando a
Rich sobre la amenaza: la réplica de ésta, en cierto momento, no puede ser
mejor ni a tiros; Kyle, acusando a un par de pasajeros árabes de haberse
secuestrado a Julia). Funcionando bajo mínimos por sus actores, el resto se
precipita por la pendiente de la mediocridad y el sinsentido, en un producto
que roza la serie B. Y Jodie Foster genial: el problema es que el resto no está
a su altura.
La Puntilla: Después de ver esta película, yo cambiaría
algunas reglas sobre lo del equipaje en los aviones. Sobretodo en lo que toca a
los ataúdes.
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