Vista En: Youtube, domingo 8 de enero de 2017.
Título Original: Pursuit to Algiers.
Director: Roy William Neill.
Guión: Leonard Lee, inspirándose en los relatos
cortos El Círculo Rojo y El Constructor de Norwood, de Arthur Conan Doyle,
publicados en 1911 y 1903 respectivamente. Género: Intriga.
Música: Milton Rosen. Fotografía: Paul Ivano.
Decorados: Russell A. Gausman y Ralph Sylos. Vestuario: Vera West.
Productora: Universal Pictures. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1945. Duración: 65 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Basil Rathbone
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Sherlock Holmes
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Nigel Bruce
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Dr. John Watson
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Marjorie Riordan
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Sheila Woodbury
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Rosalind Ivan
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Agatha Dunham
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Morton Lowry
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Sanford
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Leslie Vincent
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Nikolas Watson
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Martin Kosleck
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Mirko
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Rex Evans
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Gregor
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John Abbott
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Jodri
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Gerald Hamer
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Kingston
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Wee Willie Davis
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Gubec
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Frederic Worlock
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Primer Ministro
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: A punto de tomarse unas vacaciones, Sherlock
Holmes y Watson cambian de planes cuando se les pide ayuda para hacer de
escoltas del futuro rey de Rovenia, el cual debe suceder a su padre tras su
asesinato. Viajando en barco desde Londres hasta Argel, Holmes y Watson
intentarán evitar que unos agentes secretos rusos cumplan su misión de matar al
príncipe.
Crítica: Duodécima de las aventuras de Holmes y su
inseparable Watson, con un título engañoso y mal traducido del original
“Perseguidos hasta Argel”, el cual juega a crear ambiente y suspense al menguar
el espacio de la acción a un barco la mayor parte de su metraje, por lo que
toda la película se reduce a una serie de idas y venidas que se funden con unas
tramas secundarias cuya única función es proporcionar algo más de sustancia a
un producto de calado ciertamente poco profundo (las diversas charlas de Holmes
y Gregor jugando a bordo del barco, en insinuaciones en que solo les falta un
letrero gigante a modo de anunciarse para indicar que son los malos; el pánico
cerval de Sheila Woodbury, preciosa Marjorie Riordan, a Holmes, en que nunca se
separa de sus partituras musicales; la relación de ésta con Nikolas, abriendo
una puerta que queda extrañamente indefinida). En su décima aportación a la
franquicia del famoso detective del 221B de Baker Street, Roy William Neill
realiza una película con algún apunte que recuerda en cierto modo al Inspector
Lestrade de otras cintas, y giros de guión que van arrojando alguna que otra
sorpresa en su tercio final, en un claro intento de caer en el aburrimiento de
estar a lo mismo una y otra vez (Gregor y sus secuaces, fallando en cada
intento pero refinando más sus métodos a cada nueva ocasión de matar a Nikolas;
la muy cargante Agatha Dunham, una socialité obsesionada por organizar las
mejores fiestas vaya donde vaya; Watson, arrancándose a cantar esperando que
nadie del pasaje le escuche: un instante de relax coronado del modo más
cómico). Persecución en Argel, aunque lo intenta con todas su buena fe, se
desprende como una película a la que algún leve reajuste del guión hubiera
beneficiado enormemente, pero que aún así tiene su parte entretenida. Un
trabajo no tan fino como debía haber sido, aunque sobradamente eficiente en su
misión.
La Puntilla: Que triste debe ser vivir como Holmes,
sospechando de todo y de todos todo el tiempo, que ni en una fiesta puede
relajarse.
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