Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), martes 23 de
diciembre de 2008.
Título Original: The Polar Express.
Director: Robert Zemeckis.
Guión: Robert Zemeckis, William Broyles Jr., basado
en el libro homónimo de Chris Van Allsburg, publicado en 1985. Género: Animación.
Música: Alan Silvestri. Dirección Artística: Tony Fanning, James Hegedus, Alicia Maccarone
y Norman Newberry.
Productoras: Castle Rock Entertainment, Playtone, Golden
Mean, Universal CGI, Shangri-La Entertainment, ImageMovers y Warner Bros.
Presupuesto: ±165.000.000 $.
País: USA. Año: 2004. Duración: 100 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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Tom Hanks
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Padre/Vagabundo/Santa Claus/Narrador
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Daryl Sabara
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Chico
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Nona Gaye
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Chica negra
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Isabella Peregrina
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Hermana Sarah/Madre
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Eddie Deezen
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Sabe-lo-Todo
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Jimmy Bennett
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Chico solitario
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Dylan Cash
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Chico en tren
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Andre Sogliuzzo
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Smokey/Steamer
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Chris Coppola
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Chico desdentado
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Julene Renee
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Chica pelirroja
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Charles Fleischer
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General elfo
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Steven Tyler
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Teniente elfo
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un niño, inseguro de si Santa Claus existe,
recibe en la noche de Navidad un regalo en la forma de un tren mágico que,
parado ante su casa, le ofrece un viaje al Polo Norte para conocerlo.
Subiéndose a él, tanto el chico como el resto de niños que van en el tren viven
una aventura única en la que descubren el valor de la amistad, el valor y el
espíritu de la Navidad.
Crítica: Espléndida y trepidante aventura animada
avalada por el director de Regreso al Futuro [1985] como de la posterior
Contact [1997], en que son los efectos digitales y los retoques por ordenador
los reyes de una función que no escasea en cuanto a medios para inundar la pantalla
de magia y fantasía, que aparece de múltiples maneras, a pesar de que algunos
detalles del guión son demasiado dejados al azar y se antojan en exceso etéreos
(el hecho de que ni uno solo de los niños tiene nombre propio, teniendo que
identificarlos por su forma de ser o alguna peculiaridad física: ¿tan difícil
era ponerles un mísero nombre propio para hacerlo mucho más llevadero?; los
números musicales, un acierto que contagia buen rollo y entusiasmo y que por
suerte tampoco lasta la propia película por exceso; el momento, genial, en que
el tren asciende en espiral por una montaña hasta la cumbre: la respuesta a
como prosigue dicho viaje una vez llegado allí es visualmente fantástico). Una
propuesta en la que Tom Hanks se desdobla en varios personajes diferentes y que
aprovecha cada segundo de metraje para, una vez metida en faena, orquestar un
delicioso y emotivo regreso a la niñez más fantasiosa, a la que se pueden
perdonar uno o dos defectos mínimos de su historia (sus niveles de digitalidad,
idóneos para paisajes y edificios pero que en los personajes a veces da la
sensación quedan poco expresivos y acartonados; la llegada al Polo Norte y al
taller de juguetes de Santa Claus, un viaje secundario pero igualmente valioso
en su sentido del ritmo y el color; el protagonista, buscando darle un billete
a otro de los niños del tren, iniciando una odisea que recorre a éste último
hasta la locomotora). Polar Express, gracias a la habilidad de Zemeckis, se
erige como un producto navideño que derrocha optimismo y cuyo enorme contenido
solo sirven para rematar una película perfecta para divertirse y disfrutar sin
complejos.
La Puntilla: Si el Polo Norte de Santa Claus es igual al
de la película, ¿cómo serían entonces los palacios de los Tres Reyes Magos?.
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