Vista En: Perezosos.over-blog.com, viernes 4 de
diciembre de 2015.
Título Original: Walking Tall: Final Chapter.
Director: Jack Starrett.
Guión: Howard B. Kreitsek y Samuel A. Peeples,
basado en una historia original de Howard B. Kreitsek. Género: Acción.
Música: Walter Scharf. Fotografía: Robert B. Hauser.
Decorados: Mickey Woods. Vestuario: Christine Zamiara.
Productora: Bing Crosby Productions. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1977. Duración: 112 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Bo Svenson
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Buford Pusser
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Lurene Tuttle
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buela Pusser
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Forrest Tucker
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Abuelo Pusser
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Leif Garrett
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Mike Pusser
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Dawn Lyn
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Dwana Pusser
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Bruce Glover
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Ayudante Grady
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Libby Boone
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Joan (Secretaria)
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Simpson Hemphill
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Brownard
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Sandy McPeak
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Lloyd Tatum
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Logan Ramsey
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John Witter
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Morgan Woodward
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El Jefe
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Bo Svenson
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Buford Pusser
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Bufford Pusser se enfrenta a todo el sistema
judicial con tal de demostrar la culpabilidad de John Witter en el asesinato de
su mujer. Con el pueblo en su contra y despojado de sus credenciales como
policía, Pusser no cederá en su intento por hacer justicia, pese a estar en
desventaja, en tanto John Witter quiere matarle como sea pese a la oposición de
sus jefes.
Crítica: Innecesaria y bastante superflua continuación
que recrea los últimos días de la vida del sheriff Pusser y su guerra contra el
crimen organizado, con un guión que se dedica a contar más de lo mismo en
cuanto a montar escenas de acción y fallidos intentos de asesinato. Un proyecto
que además efectúa un curioso movimiento de enroque por tratarse de una especie
de secuela de la primera parte de Phil Karlson, obviando la segunda de Earl
Bellamy como si nunca hubiese existido, aunque explayándose en vericuetos que
ésta no había abordado previamente (Bufford, comprobando en primera persona
como sus propios vecinos le dejan de lado en plena calle; éste, convertido en
asesor de lo que precisamente será la primera película; la progresiva obsesión
de John Witter, rayana en la locura, para eliminar al que ha sido su Némesis
durante años). Sostenida mínimamente por uno o dos secundarios como Bruce
Glover, el imprescindible de la saga como el ayudante Grady, o una preciosa
Libby Boone como la secretaria de Pusser, el resto es un enorme déjà vu el cual
no hace si no evidenciar un trabajo al que le falta garra y que apenas puede
salir del terreno de lo endeble y lo funcional, Bo Svenson es el motor
principal de un barco que naufraga peligrosamente, siendo la fuerza que lo
sostiene por el carisma que aporta (la cara de Pusser al comprobar en que
trabaja de verdad Luan, una chica a la que había ayudado tiempo atrás; el ajusticiamiento
que aplica a un padre tras verle pegar a su hijo). Bien contrarrestado por el
otro peso importante de la saga como es Logan Ramsey, haciendo de Witter uno de
esos villanos a los que odiar, el cierre de la trilogía es más flojo de lo que
cabría esperar, pero no le falta esa violencia gratuita que es su gran seña de
identidad (el epílogo, contando más o menos lo que pasó en la vida real). Un
film discreto y un tributo nimio a un mártir de la ley. “No va más, señores”.
La Puntilla: Da igual el motivo: cualquier asesinato que
se deja de investigar es un triunfo para los malos. Y una vergonzante derrota
para los buenos.
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