Vista En: Gnula.nu, lunes 31 de octubre de 2016.
Título Original: A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors.
Director: Chuck Russell.
Guión: Wes Craven, Bruce Wagner, Frank Darabont y
Chuck Russell, basado en una historia original de Wes Craven y Bruce Wagner. Género: Terror.
Música: Angelo Badalamenti. Fotografía: Roy H. Wagner.
Decorados: James R. Barrows. Vestuario: Camile Schroeder.
Productoras: New Line Cinema, Heron Communications, Smart
Egg Pictures y Third Elm Street Venture. Presupuesto: ±4.500.000 $.
País: USA. Año: 1987. Duración: 96 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Heather Langenkamp
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Nancy Thompson
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Craig Wasson
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Neil Gordon
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Patricia Arquette
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Kristen Parker
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Robert Englund
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Freddy Krueger
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Ken Sagoes
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Kincaid
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Rodney Eastman
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Joey
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Jennifer Rubin
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Taryn
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Bradley Gregg
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Phillip
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Ira Heiden
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Will
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Larry Fishburne
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Max
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Penelope Sudrow
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Jennifer
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John Saxon
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Donald Thompson
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Años después de lo que sucedió en su casa de
Springwood con el asesino Freddy Krueger, Nancy Thompson se ha convertido en
una psiquiatra especializada en terapia del sueño. Una de ellas es Kristen
Parker, que tiene el poder de insertar a otras personas en sus sueños, algo que
Freddy Krueger usará en su beneficio para controlarla y seguir asesinando a su
antojo.
Crítica: Primera película de Chuck Russell, intentando
remontar algo la saga después de la calamitosa segunda parte de Jack Sholder,
que logra devolverle la dignidad arrebatada mediante una atmósfera conseguida
aunque no todo lo que se debiera, pero que cuenta con el acierto de recuperar a
la prota de la primera parte y añadir un precioso relevo generacional de 18
años de nombre Patricia Arquette, en una trama donde no falta una crítica
solapada al gremio médico (los distintos intentos de explicar la oleada de
suicidios de jóvenes, o que varios pacientes sueñen con Freddy Krueger: un
ejemplo de incapacidad por parte de la sociedad de creer/aceptar/asumir lo sobrenatural;
las visitas oníricas de Kristen a la casa de Nancy, en especial la primera
donde intenta salvar a una niña pequeña de Freddy: su llegada a cierta
habitación pone los pelos de punta; Philip; convertido en una marioneta con
unos hilos de lo más desagradables). Eficiente y algo extraña en algunos de sus
detalles, Russell da con la clave para transmitir un cierto terror, pero
algunos de sus momentos son de una fantasía que más que terror lo que genera es
de una incredulidad absoluta por lo delirante que es (Penelope, viendo en la TV
una entrevista a Zsa Zsa Gabor que solo es el preludio a algo peor; algunos de
los pacientes, cambiando de punkies de gigantescas crestas a magos que
versionan al Presto de la serie de animación Dragones & Mazmorras [1983]:
¿en qué pensaban?; Simms, la mente cartesiana en estado puro, el clásico
personaje repelente que parece la herencia de la enfermera Ratchet de Alguien
Voló sobre el Nido del Cuco [Milos Forman, 1975]. Macabra al extremo en algunas
secuencias (el momento en el que un personaje revela el origen de Freddy
Krueger: ¿a quién diablos se le puede ocurrir tamaña demencia?), la tercera
parte de Freddy es un film vuelve para bien sobre sus pasos. A pesar de magos
de pacotilla.
La Puntilla: Padres que pasan de los hijos y médicos incapaces
de creer en todo y en todos. Juntos son peores que Freddy.
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