Vista En: TCM, lunes 26 de julio de 2004.
Título Original: Demon Seed.
Director: Donald Cammell.
Guión: Robert Jaffe y Roger O. Hirson, basado en la
novela La Semilla del Demonio, de Dean R. Koontz, publicada en 1973. Género: Ciencia Ficción.
Música: Jerry Fielding. Fotografía: Bill Butler.
Decorados: Barbara Krieger. Vestuario: Sandy Cole, Joie Hutchinson y Bucky Rous.
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1977. Duración: 94 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Julie Christie
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Susan Harris
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Fritz Weaver
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Alex Harris
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Gerrit Graham
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Walter Gabler
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Berry Kroeger
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Petrosian
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Lisa Lu
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Soong Yen
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Larry J. Blake
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Cameron
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John O’Leary
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Royce
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Alfred Dennis
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Mokri
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Davis Roberts
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Warner
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Patricia Wilson
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Sra. Talbert
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Monica MacLean
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Joan Kemp
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Robert Vaughn
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Voz de Proteus
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Alex Harris, un científico obsesionado con la
mecánica, crea un superordenador al que llama Proteus. Descubriendo su enorme
potencial y su repentino interés en estudiar el ser humano, Alex intenta
desconectarlo pero éste logra infiltrarse en su mecanizada casa y apoderarse de
Susan, esposa de Alex, con un propósito muy concreto: que ella conciba un hijo
de él.
Crítica: Segunda película de Donald Cammell y primera
que hace en solitario después de Performance [co-dirigida con Nicholas Roeg,
1970], lanzando a la pantalla una especie de versión de la Virgen María pero
mucho más perversa y terrible en su premisa y posterior desarrollo,
convirtiendo a sensacional Julie Christie en una suerte de incubadora humana
dominada a extremos insólitos por una entidad que posee un total control sobre
ella, dibujando un retrato más que funesto de la humanidad (Susan, descubriendo
que no puede ser de su casa por más intentonas que hace para lograrlo; Walter
Gabler, un idiota de tomo y lomo víctima de su propia necedad: posiblemente el
rescate peor perpetrado y mucho peor en sus escalofriantes consecuencias; Alex
Harris, un estoico Fritz Weaver dando vida al clásico obsesionado con su
trabajo que no se entera de lo que pasa en su casa). Efectiva en la música de
Jerry Fielding como en la fotografía de Bill Butler, el trabajo de Cammell es
de una maldad absoluta por enteros, transformando lo que debería ser un
complemento del ser humano en un objeto que le supera tanto en lo bueno como en
malo (un amigo de Susan, torturado delante de ella por simple placer de Proteus
para demostrar quién manda; éste, explicando a Susan todo el proceso necesario
para llevar a cabo sus planes, una precisión milimétrica no exenta de causar
una profunda repugnancia; la charla entre Proteus y Alex sobre ser apagado, en
que el primero no se sentirá del todo satisfecho con las explicaciones del
segundo). Engendro Mecánico, libre traducción del original pero nada errado en
ello, es un film maldito en su insana y viciada atmósfera de perversión en que,
brillante en su reparto, en especial una magnífica Julie Christie, su final es
terroríficamente desagradable, atávico en los sentimientos que genera.
La Puntilla: Si el hombre puede crear inteligencia
artificial, ¿quién dice que no pueda también crear maldad artificial?.
Mi
Valoración
★★★★★
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