El Aceite de la Vida [1992]

 Publicado El: Martes, 9-Ago-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000745.

 Vista En: TVE-1, jueves 19 de agosto de 1999.

 Título Original: Lorenzo’s Oil.

 Director: George Miller.

 Guión: George Miller y Nick Enright. Género: Drama.

 Música: [No hay compositor]. Fotografía: John Seale.

 Decorados: Karen A. O’Hara. Vestuario: Colleen Atwood.

 Productoras: Universal Pictures y Kennedy Miller Productions.

 Presupuesto: ±30.000.000 $.

 País: USA. Año: 1992. Duración: 129 minutos. Color.

Reparto:	Personajes:
Nick Nolte	Augusto Odone
Susan Sarandon	Michaela Odone
Peter Ustinov	Profesor Nikolais
Kathleen Wilhoite	Deirdre Murphy
Gerry Bamman	Doctor Judalon
Margo Martindale	Wendy Gimble
James Rebhorn	Ellard Muscatine
Ann Hearn	Loretta Muscatine
Maduka Steady	Omouri
Mary Wakio	Profesor Comoriano
Don Suddaby	Él mismo
Colin Ward	Jake Gimble

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 Argumento: Lorenzo Odone es un niño sano de siete años con una vida y una familia normal hasta que unos extraños síntomas empiezan a mermar su salud de una manera alarmante. Confinado en si mismo, Lorenzo es diagnosticado de una rarísima enfermedad. Sus padres, sin conocimiento médico alguno, se ponen a buscar un remedio que la medicina no ha encontrado.

 Crítica: George Miller, aquel que en otro tiempo dirigiese Mad Max, Salvajes de Autopista [1979], recrea el caso real de la familia Odone con dos gemas de un brillo intenso e impresionante que son Nick Nolte y Susan Sarandon, ambos dando lo mejor de su mismos en un dramón de los que sacar el kleenex, que destacan por una banda sonora no original, pero sí llena de compositores de música clásica, que le otorgan cierto matiz especial a su metraje. Un trabajo que pese a su duración un tanto alargada, juega con bastante ingenio a ser un relato de intriga, haciendo de una enfermedad como la de ALD, acrónimo de Adrenoleucodistrofia, un enemigo invisible al que llevar la delantera (Augusto en la biblioteca, investigando como un poseso cualquier dato existente sobre la enfermedad; el progresivo e imparable deterioro de Lorenzo, que deriva en una situación terrible para la familia; la angustia de Michaela observando el deterioro físico y mental de Lorenzo, sin poder evitarlo en modo alguno). Una producción modesta en la que el autor de Las Brujas de Eastwick [1988] da fe de que no hay género que se le resista gracias a un guión que tira de tópicos lo justo para imprimirle carácter a su metraje, así como de secundarios como el legendario Peter Ustinov o el camaleónico James Rebhorn  (el Dr. Nikolais, el clásico científico de manual, acorralado por los convencionalismos de su profesión; la charla de los Odone y los Muscatine con el propósito de informar a las familias sobre las propiedades del aceite de oliva que han descubierto). Una propuesta apasionante a la par que desgarradora donde las pasiones son precisamente lo que prevalece sobretodo todo lo demás, abriendo una brecha sentimental fascinante (Augusto, hablando en italiano sobre lo que Lorenzo significa para él: conmovedor). Un drama médico y humano sobre lo frágil de la salud, tremendo y deslumbrante, tan cercano como aleccionador.

 La Puntilla: “Mi hijo está enfermo, soy su madre...y nada me impedirá partir el cielo en dos si hace falta con tal de curarle”.

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