Vista En: TVE-1, domingo 16 de marzo de 1997.
Título Original: The Silence of the Lambs.
Director: Jonathan Demme.
Guión: Ted Tally, basado en la novela El Silencio de
los Inocentes, de Thomas Harris, publicada en 1988. Género: Intriga.
Música: Howard Shore. Fotografía: Tak Fujimoto.
Decorados: Karen O’Hara. Vestuario: Colleen Atwood.
Productoras: Strong Heart/Demme Production y Orion
Pictures.
Presupuesto: ±19.000.000 $.
País: USA. Año: 1991. Duración: 118 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jodie Foster
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Clarice Starling
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Anthony Hopkins
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Dr. Hannibal Lecter
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Scott Glenn
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Jack Crawford
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Anthony Heald
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Dr. Frederick Chilton
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Kasi Lemmons
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Ardelia Mapp
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Frankie Faison
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Barney Matthews
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Brooke Smith
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Catherine Martin
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Lawrence T. Wrentz
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Agente Burroughs
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Ted Levine
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Jame Gumb
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Diane Baker
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Senadora Ruth Martin
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Ron Vawter
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Paul Krendler
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Charles Napier
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Teniente Boyle
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Clarice Sterling es una aspirante a ser
agente del FBI al que su supervisor Jack Crawford le pide que se entreviste con
el Dr. Hannibal Lecter para que les ayude a dar con un asesino en serie que
rapta a jóvenes chicas para matarlas al cabo de varios días. Pero la escasa
preparación de Sterling y la retorcida mente de Lecter pondrán a prueba su
valía como agente.
Crítica: Realizador de comedias como Algo Salvaje
[1986], Jonathan Demme da un salto de fe pasándose al thriller mediante una
frágil y al mismo tiempo increíble Jodie Foster, metida en camisa de once varas
ante una fuerza de la naturaleza maligna llamada Anthony Hopkins, cuyas breves
apariciones son el motor que da vida a una película cuyo guión se zambulle por
completo en el mundo de la psicopatía criminal (el primer encuentro entre
Lecter y Sterling, cuyos diálogos son certeros a más no poder: el cruce de
miradas entre ambos estremece el corazón de puro miedo; el hallazgo y posterior
análisis de un cadáver de una de las chicas desapareces; el propio asesino, bailando
ante la cámara a ritmo del “Goodbye Horses” de Q-Lazzarus). Jugando con la
banda sonora del inquietante Howard Shore así como con la sugerencia por encima
de lo explícito, Demme teje una red de intrigas cuya precisión es tal que no
existen fisuras ni puntos flacos que desentonen, manteniendo el control para
que éste conduzca los hechos hasta un clímax digno de un aneurisma cerebral
(Lecter, golpeando a un policía con una sadomasoquista expresión de placer;
Sterling, narrándole a Lecter un suceso de su juventud de tal manera que casi
puede verse mentalmente; las diversas charlas de algunos personajes, hechas a
cámara como si le hablasen al propio espectador, de lo más ingenioso). Con un
par de finales que el primero pone el corazón en un puño y el segundo da rienda
suelta a la imaginación más perversa, El Silencio de los Corderos mete a
Hannibal Lecter por derecho propio en el panteón de los villanos de cine y
dirige un largometraje perfecto que rompe con todo lo conocido en los años
anteriores para pasar a una nueva era de delincuentes (la entrevista entre la
senadora Martin y Lecter: sin palabras). Un descenso a la naturaleza del mal
que llega al interior del alma humana y la cambia para siempre.
La Puntilla: Hannibal Lecter, la encarnación definitiva
del mal: inteligente, refinado, y sin moral alguna. A su lado Darth Vader es un
aprendiz.
Mi
Valoración
★★★★★
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