Vista En: Youtube, miércoles 28 de septiembre de 2016.
Título Original: Death Ship.
Director: Alvin Rakoff.
Guión: John Robins, basado en una historia original
de Jack Hill y David P. Lewis. Género: Terror.
Música: Ivor Slaney. Fotografía: René Verzier.
Decorados: Norman Simpson. Vestuario: Paul-André Guérin y Gaudeline Sauriol.
Productoras: Astral Bellevue Pathé, Bloodstar Productions
y Lamitas.
Presupuesto: ±4.500.000 C$ (±3.860.000 $).
Países: Reino Unido, Canadá y USA. Año: 1980. Duración: 91 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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George Kennedy
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Capitán Ashland
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Richard Crenna
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Trevor Marshall
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Nick Mancuso
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Nick
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Sally Ann Howes
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Margaret Marshall
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Kate Reid
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Sylvia
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Victoria Burgoyne
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Lori
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Jennifer McKinney
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Robin Marshall
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Danny Higham
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Ben Marshall
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Saul Rubinek
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Jackie
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Lee Murray
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Parsons
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George Kennedy
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Capitán Ashland
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Richard Crenna
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Trevor Marshall
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un barco de recreo naufraga cuando otro navío
choca contra él. Los pocos supervivientes logran subir a ese barco con la
esperanza de que irse a tierra firme, encontrándose que la nave está sin
tripulación pero dominada por una fuerza sobrenatural que irá a por ellos, en
tanto el capitán del barco hundido comienza a creerse que ahora es el capitán
del nuevo barco.
Crítica: Producto de la más que disfrutable serie B
surgida a la sombra de La Profecía [Richard Donner, 1976], algo que va
sintiéndose casi a lo largo de su ajustada duración, pero que se resiente de
una planificación mejor, a pesar de que su atmósfera tétrica y de suspense está
muy lograda (la apariencia del barco fantasma, una lata de sardinas
zarrapastrosa y ennegrecida al que con un solo vistazo basta para entender que
algo maligno deambula por él; esos planos subjetivos, como si “algo” acechase a
los supervivientes; la cantidad de accidentes casuales a base de palancas que
se mueven y otros menesteres, eco lejano del film de Donner). Perturbadora por
momentos aunque luego esa pátina de terror se desluzca una vez se van
desvelando los ases en la manga, El Barco de la Muerte tiene como aliciente a
sus actores principales, tanto si se trata de Richard Crenna como de George
Kennedy, cumpliendo a la altura de lo esperado con sus personajes, en una
historia macabra a niveles de pura historia (el Capitán Ashland, un hombre
amargado cuya pérdida de contacto con la realidad lo va haciendo cada vez más
peligroso; Sylvia, tomándose un par de caramelos sin ser consciente de lo que
hace; el tercio final, en el que Trevor y Nick van descubriendo el verdadero
pasado del barco y para qué se utilizaba: aún más terrorífico que cualquier
fantasma). Entorpecida por unas innecesarias escenas a cámara lenta, que
diluyen parte del terror conseguido, Rakoff, director de Amor a la Inglesa
[1970] y Emergencia [1979] filma un en parte inspirado proyecto con aires de
telefilme, edificante en detalles como la puesta en escena y el uso de imágenes
subliminales (varias voces, en otro idioma, hablando por megafonía; las
pesadillas del Capitán, visualizando una serie de imágenes espantosas), y que
logra transmitir un constante sentir de angustia e intranquilidad. Incluso en
algo tan sencillo como ducharse.
La Puntilla: Si el mar puede dar miedo, lo que se
encuentra en él puede ser incluso peor. Sobretodo si se trata de un barco sin
tripulación.
Mi
Valoración
★★★★★
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