Vista En: Calle 13, jueves 12 de junio de 2003.
Título Original: Lord of Illusions.
Director: Clive Barker.
Guión: Clive Barker, basado en su relato corto La
Última Ilusión, publicado dentro de Libros de Sangre, Volumen 6, en 1984. Género: Fantástico.
Música: Simon Boswell. Fotografía: Rohn Schmidt.
Decorados: David A. Koneff. Vestuario: Luke Reichle.
Productora: Seraphim Films. Presupuesto: ±12.000.000 $.
País: USA. Año: 1995. Duración: 109 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Scott Bakula
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Harry D’Amour
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Kevin J. O’Connor
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Philip Swann
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Famke Janssen
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Dorothea Swann
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Barry Del Sherman
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Butterfield
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Jordan Marder
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Ray Miller
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Joseph Latimore
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Caspar Quaid
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Sheila Tousey
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Jennifer Desiderio
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Susan Traylor
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Maureen Pimm
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Ashley Lyn Cafagna
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Joven Dorothea
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J. Trevor Edmond
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Joven Butterfield
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Wayne Grace
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Loomis
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Daniel von Bargen
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Nix ‘El Puritano’
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Harry D’Amour es un detective privado de
Nueva York que viaja a Los Ángeles con el propósito de seguir la investigación
de un caso rutinario en el que está trabajando. En la ciudad conoce a un famoso
ilusionista, Philip Swann, que mas tarde muere trágicamente durante una de sus
actuaciones, llevando a D’Amour a investigar quien puede estar detrás de su
muerte.
Crítica: El escritor de la novela original y también
director de Hellraiser: Los que Traen el Infierno [1987] adapta otro de sus
relatos con bastante solvencia aunque no con la potencia de la película que
alumbró a Pinhead, haciendo de la magia un juego peligroso y jugando con
revisionar acontecimientos reales pasándolos por el tamiz de lo fantástico (la
descripción de Nix y sus acólitos, una clarísima alusión a Charles Manson y su
clan La Familia, responsables en 1969 de la muerte de Sharon Tate, esposa de
Roman Polanski; la turbadora e irresistible presencia de Famke Janssen, una
mujer con muchos secretos a sus espaldas; Swann, realizando un numerito con
espadas que pone los pelos solo de verlo: una escena de esas realmente
angustiosa en lo dilatada que está). A una trama que va dejando regueros de
pistas por doquier y lo hace con cierta parsimonia, haciendo de su hora y tres
cuartos una historia que donde terror e intriga se llevan de maravilla
(D’Amour, entrevistándose con una chica en un hospital, sin tener en cuenta las
consecuencias; éste y Swann, en diversos momentos, teniendo una especie de
revelación sobre lo que hay en el interior de los seres humanos: repugnante
hasta decir basta; ese villano de nombre Buttferfield, tan inquietante en sus
maneras e intenciones como en el actor que lo encarna). Lucida en lo que a
fotografía se refiere y lo bastante lograda en calidad de banda sonora, Clive
Barker se las arregla para crear una cinta fantástica, interesante por
momentos, y con alguna pizca de adecuada ironía (la facilidad de D’Amour para
meterse en casos siempre de tipo paranormal; ese instante en el que varias
personas cometen un crimen común, reflejo de lo que es la psicopatía criminal;
Swann y Dorothea, una pareja muy “in” que no desprenden la menor química),
convirtiendo a El Señor de las Ilusiones en un trabajo algo menor, pero no
ausente de interés ni entretenimiento.
La Puntilla: Si el ilusionismo es por definición un
fraude, ¿cómo es entonces la verdadera magia?. Y peor aún: ¿cómo son aquellos
que la usan?.
Mi
Valoración
★★★★★
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