Vista En: Cines Marta & María (Avilés), lunes 17 de
octubre de 2005.
Título Original: The Longest Yard.
Director: Peter Segal.
Guión: Sheldon Turner, basado en el libreto de 1974
de Tracy Keenan Wynn, basado en una historia original de Albert S. Ruddy. Género: Comedia.
Música: Teddy Castellucci. Fotografía: Dean Semler.
Decorados: Gary Fettis. Vestuario: Ellen Lutter.
Productoras: Paramount Pictures, Columbia Pictures
Corporation, Callahan Filmworks, Happy Madison Productions y MTV Films.
Presupuesto: ±82.000.000 $.
País: USA. Año: 2005. Duración: 113 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Adam Sandler
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Paul Crewe
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James Cromwell
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Alcaide Hazen
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William Fichtner
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Capitán Brian Knauer
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Burt Reynolds
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Entrenador Nate Scarborough
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Chris Rock
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Caretaker
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Nelly
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Megget
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Michael Irvin
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Deacon Moss
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David Patrick Kelly
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Unger
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Walter Williamson
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Errol Dandridge
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Bill Goldberg
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Battle
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Terry Crews
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Cheeseburger Eddy
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Bob Sapp
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Switowski
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Paul Crewe, jugador profesional de fútbol
americano condenado a tres años de prisión, es tanteado por el alcaide donde
cumple condena para que forme un equipo de fútbol con los presos, en un partido
amistoso contra los guardas. Esto desata una fiebre en los prisioneros,
ansiosos por tener una oportunidad para golpear con total impunidad a sus
carceleros.
Crítica: Tercera película juntos entre Segal y Sandler
tras Ejecutivo Agresivo [2003] y 50 Primeras Citas [2004], en que el primero
realiza un remake de El Rompehuesos [Robert Aldrich, 1974] un tanto
descafeinado, partiendo de una premisa que cuesta creer (Adam Sandler como
deportista profesional, mucho menos creíble de cuando rodó El Aguador [Frank
Coraci, 1998]; el tono de la película, más amable que la original en que se
nota el cambio de mentalidad con respecto aquella época; Chris Rock, heredando
con más pena que gloria el papel de Jim Hampton). Acumulando uno o dos aciertos
facilones y con un Burt Reynolds de secundario que se mete en el personaje que
en su día diese vida el divertido Michael Conrad, Segal se limita a ejercer sus
tareas haciendo un simple copia y pega aunque con alguna diferencia para evitar
llegar a los niveles de Psycho [Gus Van Sant, 1998], dejando lo mejor para el
final (Crewe buscando jugadores para su equipo entre varios reos, en que
algunos de ellos son luchadores de lucha libre; James Cromwell y William
Fichtner, lo mejor de su metraje con diferencia, demostrando que ambos eran los
idóneos para sus respectivos papeles; Crewe, jugando un partido de baloncesto
con idea de conseguir que los negros de la cárcel se apunten al equipo). Pese a
su intento por reciclar y/o actualizar la película de Aldrich, El Clan de los
Rompehuesos termina por ser un producto que no va más allá de ser otro de los
proyectos a la medida de un Adam Sandler y su panda de colegas, con una mínima
pizca de encanto para ser un poco entretenida pero que se queda muy muy lejos
de lo que podría haber ofrecido (Crewe, preguntando a Scarborough lo que Burt
Reynolds preguntó en su día a Michael Conrad; la muerte de uno de los reos; el
partido final, con Crewe recibiendo una oferta difícil de aceptar). Sin ser un
desastre total, dista de ser un derroche de virtudes. Pasable sin más.
La Puntilla: “¿Qué es más importante?: ¿machacar a los
guardas, o ganar el partido?. ¡¡QUÉ DIABLOS!!. ¿¡Y si intento ambas cosas a la
vez!?”.
Mi
Valoración
★★★★★
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