Vista En: Canal Hollywood, miércoles 15 de diciembre de
1999.
Título Original: The Party.
Director: Blake Edwards.
Guión: Blake Edwards, Tom y Frank Waldman, basado en
una historia original de Blake Edwards. Género: Comedia.
Música: Henry Mancini. Fotografía: Lucien Ballard.
Decorados: Reginald Allen y Jack Stevens. Vestuario: Jack Bear.
Productora: The Mirisch Corporation. Presupuesto: ±1.500.000 $.
País: USA. Año: 1968. Duración: 99 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Peter Sellers
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Hrundi V. Bakshi
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Claudine Longet
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Michele Monet
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Marge Champion
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Rosalind Dunphy
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Steve Franken
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Levinson
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Gavin MacLeod
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C.S. Divot
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Sharron Kimberly
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Princesa Helena
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Denny Miller
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William ‘Wyoming Bill’ Kelso
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Al Checco
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Bernard Stein
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Corinne Cole
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Janice Kane
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J. Edward McKinley
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General Fred Clutterbuck
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Fay McKenzie
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Alice Clutterback
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Kathe Green
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Molly Clutterback
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Hrundi V. Bakshi es un famoso actor hindú que
rueda su primera película en Hollywood. Después de varios desastres en el
rodaje es despedido de modo fulminante, pero por error su nombre es incluido en
una fiesta que da el productor de cine Fred Clutterbuck. Allí, aparte de
conocer a la bella Michelle Monet, causará todo tipo de embrollos a cada cual
mayor.
Crítica: El genial y divertido Blake Edwars, autor de
títulos como La Pantera Rosa [1963] y La Carrera del Siglo [1965], vuelve a
coincidir con Peter Sellers en una comedia de altos vuelos capaz de sacar gags
irrepetibles partiendo de los más sencillos elementos, contando con un
vestuario más que correcto y la belleza de una angelical Claudine Longet, dando
un contrapunto de cordura a un argumento que ya da claras muestras de locura
desde el primer momento (el inicio, con el rodaje más desastroso jamás visto,
donde un reloj o atarse un zapato nunca pudieron dar tantos problemas; C.S.
Divot, el clásico trepa dispuesto a lo que sea con tal de ganarse los favores
del general Clutterbuck para sus producciones; Michelle, cantando un dulce y
almibarado “Nothing to Lose” a guitarra acústica: una verdadera preciosidad...y
la canción también). Respalada por la música del tremendo Henry Mancini y un
nutrido elenco de secundarios a cada cual más delirante, Edwards transforma
algo tan sencillo como una fiesta de Hollywood en un festival de carcajadas,
done los tics y las miradas de Peter Sellers lo alejan del torpón Inspector
Closeau lo suficiente para hacer de Bakshi un torpe de tomo y lomo, tan
patético como entrañable (su mirada, alucinada, al ver como un rollo de papel
higiénico del que acaba de pillar un trozo no para de girar; sus surrealistas
encuentros con Wyoming Bill, un actor de western que no viste más hortera
porque sencillamente no le es posible; Bakshi, acercándose a un loro para
hablar con él, sin saber que de pronto toda la casa le está escuchando).
Brillante y rematadamente genial en subtramas como la de Levinson, un camarero
cuyas idas y venidas a lo largo de la fiesta dan para todo, El Guateque es un
largometraje con un contagioso sentido del humor que, sin recurrir a soeces ni
un segundo, sirve en bandeja de plata una velada perfecta para reír hasta el
dolor de estómago.
La Puntilla: Menos mal que a Bakshi le dio por hacerse actor.
Si llega a ser astronauta, hace implosionar la luna nada más pisarla.
Mi
Valoración
★★★★★
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