Vista En: TCM, miércoles 17 de agosto de 2016.
Título Original: The Tree of Life.
Director: Terrence Malick.
Guión: Terrence Malick. Género: Drama.
Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Emmanuel Lubezki.
Decorados: Jeanette Scott. Vestuario: Jacqueline West.
Productoras: Cottonwood Pictures, River Road
Entertainment, Brace Cove Productions y Plan B Entertainment. Presupuesto: ±32.000.000 $.
País: USA. Año: 2011. Duración: 139 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Brad Pitt
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Sr. O’Brien
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Jessica Chastain
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Sra. O’Brien
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Sean Penn
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Jack O’Brien
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Hunter McCracken
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Jack de joven
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Laramie Eppler
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R.L.
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Tye Sheridan
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Steve
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Fiona Shaw
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Abuela
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Nicolas Gonda
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Sr. Reynolds
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Kelly Koonce
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Padre Haynes
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Bryce Boudoin
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Robert
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Jimmy Donaldson
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Jimmy
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Joanna Going
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Esposa de Jack
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Jack es un arquitecto cuya existencia está
seriamente marcada desde la niñez por las contradictorias enseñanzas que le
dieron su madre y su padre. Esto le lleva a evocar su infancia a mediados de
los años 50, cuando vivía en un pequeño pueblo del sur del país y empezaba a
descubrir el mundo que existía a su alrededor y el impacto que luego tendría en
él.
Crítica: Realizador de La Delgada Línea Roja [1998] y
Malas Tierras [1973], el inclasificable Terrence Malick diseña un largometraje
creado por muchísimas set-pieces sin orden ni concierto, las cuales crean una
confusa narración que salta hacia atrás y hacia delante en el tiempo,
aderezándolo además con otra serie de escenas que directamente van contando el
origen de la existencia en el universo, lo que densifica su metraje al punto de
hacerla una experiencia muy insólita (las secuencias que revelan como se creó
la vida en la Tierra: a salida de su retiro de Douglas Trumbull, creador de los
efectos especiales de 2001: Una Odisea del Espacio [Stanley Kubrick, 1968] y Blade
Runner [Ridley Scott, 1982], es visualmente magnífico; Jessica Chastain, o la
encarnación de la madre amantísima contra la rudeza de un Brad Pitt como ese
clásico padre autoritario de los 50). Precisamente, y a falta de una narración,
el resto de la película se va entre numerosas reflexiones filosóficas y
existenciales, amén de un cuidadísimo ojo para componer fotogramas de una
belleza enorme, en los que la vida y el mundo es revelado en su diversidad (una
enorme bandada de murciélagos, volando por un cielo al atardecer; la ausente
expresión de Jack, como inmerso en unas dudas que no le permiten encajar en el
mundo; su inicio en el gamberrismo y otros delitos de juventud, fruto de su
rebeldía). Llevando una letárgica narración a un final que fácilmente admite
cualquier tipo de interpretación al respecto, El Árbol de la Vida es una pieza
que nada a contracorriente en todo los sentidos, distanciándose de modo que es
difícil distinguir si se trata de una obra maestra o de un fracaso rotundo.
Lucida de vestuario como de fotografía (maravilloso esto último), Malick
realiza el que con mucho es su trabajo más enrevesado y absorbente, tan fácil
que fascine a unos como que deje indiferente a otros. La excentricidad hecha
cine.
La Puntilla: El amor de una madre. La voluntad de un
padre. Y entre medias, un hijo buscando su propia identidad. Tal vez todos
seamos Jack O’Brien.
Mi
Valoración
★★★★★
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