Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 24 de
septiembre de 2016.
Título Original: L’Avenir.
Directora: Mia Hans-Løve.
Guión: Mia Hans-Løve. Género: Drama.
Música: [No hay compositor]. Fotografía: Denis Lenoir.
Decorados: Mathieu Guy y Boris Piot. Vestuario: Rachel Raoult.
Productoras: CG Cinéma, Detailfilm, Arte France Cinéma,
Soficinéma 11 Développement, Rhône-Alpes Cinéma, Arte France, Canal+, Cofinova
12, Cinémage 10, Filmförderungsanstalt, Centre National de la Cinématographie y
Procirep. Presupuesto: ±2.850.000 € (±3.200.000 $).
Países: Francia y Alemania. Año: 2016. Duración: 102 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Isabelle Huppert
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Nathalie Chazeaux
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André Marcon
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Heinz
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Roman Kolinka
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Fabien
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Edith Scob
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Yvette (La madre)
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Sarah Le Picard
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Chloé
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Solal Forte
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Johann
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Elise Lhomeau
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Elsa
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Lionel Dray-Rabotnik
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Hugo
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Grégoire Montana-Haroche
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Simon
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Lina Benzerti
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Antonia
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Guy-Patrick Sainderichin
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El editor
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Yves Heck
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Daniel
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Nathalie, una profesora de filosofía cercana
a los sesenta años, se encuentra ante una situación personal algo conflictiva,
desde el progresivo deterioro mental de su madre y la posibilidad de que su
edición de libros sea retocada o anulada, hasta el anuncio de su marido de que
ha conocido a otra mujer y se irá con ella, dejándola a ella ante una total
soledad.
Crítica: Isabelle Huppert se convierte en la única y
absorbente protagonista de una propuesta que versa sobre la vejez y los
avatares de la vida, teniendo ausente toda su banda sonora para darle mayor
sensación de cotidianidad y veracidad, algo que en cierto modo recuerda a Una
Madre Imperfecta [Lorene Scafaria, 2015] (el principio, en el que Nathalie se
las tiene que ver con unos estudiantes en plena manifestación a la entrada de
su instituto; sus eternas idas y venidas con su madre, cuya mente va de forma
inevitable perdiendo su cordura; sus diversas entrevistas sobre la línea
editorial que lleva tiene y los cambios que ésta pretende llevar a cabo, buen
contraste entre el deseo por instruir enfrentado al de solamente vender).
Paupérrima en cuanto a medios se refiere así como la ambientación, a caballo
entre diversas localizaciones, el trabajo de Mia Hans-Løve es un trabajo que
rezuma cercanía y emociones a partes iguales, fabulando un relato en el que no
escasean detalles vistos una y mil veces en la vida real (la desolación de
Nathalie después de dejar a su madre en una residencia de ancianos: sus
palabras son certeras como dardos envenenados; sus viaje al campo para
conversar con un pupilo suyo y el resto de sus amigos, una panda de
intelectuales que pasan casi todo el tiempo en filosofadas de todos los
calibres; Heinz, abordando a Nathalie para explicarle que la abandona: su forma
de encarar la situación resulta muy inusitada). El Porvenir, en su sencillez,
se revela como una propuesta donde se exponen las alegrías y miserias que
suponen los cambios inesperados en la vida, haciendo una disección certera,
íntima y a veces surrealista, de lo falso que viene a ser la estabilidad
(Nathalie, yendo al cine, solo para tener que salir antes de lo previsto; su
comentario con Fabien sobre la libertad; sus clases de filosofía, en verdad
fascinantes). Un pequeño y dulce bombón. Con un toque amargo.
La Puntilla: «Nunca sabes lo que va a pasar mañana». No sé
quién diablos lo dijo, pero tuvo que ser un jodido genio. Es que no hay modo de
saberlo.
Mi
Valoración
★★★★★
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