Publicado El: Sábado, 9-Jul-2016. Nº De Serie: C25/TCM/000048.
Vista En: Cines Cinebox (Corvera), domingo 1 de marzo
de 2009.
Título Original: In the Name of the King: A Dungeon Siege
Tale.
Director: Uwe Boll.
Guión: Doug Taylor, basado en una historia original
de Taylor, Dan Stroncak y Jason
Rappaport, inspirado en el videojuego Dungeon Siege, creado por Chris Taylor,
lanzado en 2002. Género: Fantástico.
Música: Jessica de Rooij y Henning Lohner. Fotografía: Mathias Neumann.
Decorados: Sandy Walker. Vestuario: Toni Burroughs-Rutter y Carla Hetland.
Productoras: Herold Productions, Brightlight Pictures y
Boll Kino Beteiligungs GmbH & Co. KG. Presupuesto: ±60.000.000 $.
Países: Alemania, Canadá y USA. Año: 2007. Duración: 127 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jason Statham
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Granjero
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Leelee Sobieski
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Muriella
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John Rhys-Davies
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Merick
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Ron Perlman
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Norick
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Claire Forlani
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Solana
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Kristanna Loken
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Elora
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Matthew Lillard
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Duque Fallow
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Brian White
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Comandante Tarish
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Mike Dopud
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General Backler
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Will Sanderson
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Bastian
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Ray Liotta
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Gallian
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Burt Reynolds
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Rey Konreid
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un granjero llamado Granjero intenta
recuperar a su hijo, que fue secuestrado por unos soldados oscuros enviados por
un hechicero negro, Gallian, obsesionado por arrebatarle el trono al Rey
Konreid. En su intento de recuperarlo Farmer hace dos aliados en el hechicero
Merick y su hija Muriella, pero también Konreid, que descubre el secreto de su
pasado.
Crítica: Uwe Boll, autor de las desastrosas House of
the Dead [2003] y Alone in the Dark [2004], adapta el videojuego de Chris
Taylor, creador entre otros de Total Annihilation [1997], convirtiendo ésta en
un espectáculo deplorable con una ambientación sucia y deslustrada y una puesta
en escena que a veces parece surgida de un mercadillo medieval. Intentando
deshacerse de su papel de duro de la saga Transporter, Jason Statham se
convierte en un improbable héroe de casualidad, enfrentado a un Ray Liotta
enloquecido y sobreactuado, y acompañado por un alicaído Burt Reynolds que
arroja por la borda cualquier rastro del que fue en los tiempos de Los Locos
del Cannonball [Hal Needham, 1981] o Boogie Nights [Paul Thomas Anderson,
1997]. Compendio de errores y de desmanes a cual mayor, entre los que destacan
una banda sonora infausta, una fotografía sin chispa, unos efectos especiales
sacados de una tienda de segunda mano y una progresión narrativa que intenta
pero no se ve capaz de darle dramatismo y convicción a una historia que hace
aguas desde el minuto uno (Granjero, hablando con su hijo acerca de su nombre;
el duelo de magia entre Gallian y Muriella; Konreid, hablando con Granjero: una
charla que tira de topicazos como si le fuese la vida en ello). Una película
triste, y no por lo genial de su dramatismo precisamente, en la que lo único
que destaca es su pretencioso intento de imitar a otras sagas como El Señor de
los Anillos, pero con mucha menos calidad en su metraje. Unas carencias
tanto de talento y recursos como de inspiración creativa, que terminan por
componer un puzzle con algunas cosas que parecen apañadas, pero que solo hacen
por echar más piedras al saco (Matthew Lillard y Kristanna Loken: el primero,
insoportable y cargante; la segunda, en plan guerrera del bosque, un
desperdicio). Todo ello con el sello indeleble de Uwe Boll, el director más
cutre del siglo XXI.
La Puntilla: “Si Peter Jackson se monta su show fantástico, ¿por qué yo no?. Ah, ¿qué no tengo ni su presupuesto ni su carisma?. ¡Me la suda!”.
Mi
Valoración
★★★★★
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