Vista En: Gnula.nu, jueves 4 de noviembre de 2017.
Título Original: Halloween: Resurrection.
Director: Rick Rosenthal.
Guión: Larry Brand y Sean Hood, basado en una
historia original de Larry Brand. Género: Terror.
Música: Danny Lux. Fotografía: David Geddes.
Decorados: Johanna Mazur. Vestuario: Brad Gough.
Productoras: Dimension Films, Nightfall Productions y
Trancas International Films. Presupuesto: ±15.000.000 $.
País: USA. Año: 2002. Duración: 94 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Jamie Lee Curtis
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Laurie Strode
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Brad Loree
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Michael Myers
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Busta Rhymes
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Freddie Harris
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Bianca Kajlich
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Sara Moyer
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Sean Patrick Thomas
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Rudy Grimes
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Daisy McCrackin
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Donna Chang
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Katee Sackhoff
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Jennifer ‘Jen’ Danzig
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Luke Kirby
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Jim Morgan
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Thomas Ian Nicholas
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Bill Woodlake
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Ryan Merriman
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Myles Barton
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Tyra Banks
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Nora Winston
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Brent Chapman
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Franklin Munroe
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un grupo de estudiantes universitarios
acceden a participar en un reality show para un productor, que ha ido a la casa
de Michael Myers tres años después de su enfrentamiento final con Laurie
Strode. Pero Sara Moyer y el resto de participantes descubren para su horror
que Myers no ha muerto y que aún vive en la casa, dándoles caza a todos los del
programa.
Crítica: Regresando a la saga diecisiete años después
de dirigir Halloween 2: Sanguinario [1981], Rick Rosenthal revienta todo buen
gusto con una octava película donde lo aberrante, absurdo y oligofrénico se dan
la mano mediante un guión impresentable de todo punto, en lo que se antoja como
un mal viaje de LSD a los peores años 80 del terror en los que éste brillaba
por su ausencia y con una puesta en escena que aglutina escenas de vergüenza
ajena (Sara y su relación con “Deckard”, una trama entre amistosa y romántica
que nunca llega hasta sus últimas consecuencias; el encuentro entre dos Myers,
uno el verdadero y otro un disfrazado Harris: a grandes rasgos, una alucinación
que es imposible de creer en su surrealismo; Jamie Lee Curtis, apareciendo con
la única intención de desaparecer de la franquicia que le dio la fama: breve e
inmensa). Escueta en duración y mucho más en medios y en calidad actoral,
Halloween: Resurrection es un sacrilegio del tamaño del sol al cine de terror
como a saga empezada en La Noche de Halloween [Carpenter, 1978], que cae en el
completo descrédito a base de sandeces y situaciones ridículas (Grimes, el
clásico negrito simpático, un obsesionado con la comida cuyo papel no da más de
si desde el minuto uno; Sackhoff, una cabeza loca en busca de fama y fortuna,
guapa, sexy y cansina como el rapero Busta Rhymes, otro cantante en busca de
labrarse camino en el cine, repelente a las mil; Myers y su modo de matar,
ofreciendo lo que el público desea: cuchillos, víscera y tomatina de por
medio). Siguiendo el sendero de la miseria cinematográfica, Rosenthal se
convierte en todo un sepulturero, enterrando en toneladas de inmundicia una
trama que en vez de miedo acaba dando risa (Barton y sus amigos, viendo el
reality show durante una fiesta), y cuyo final es tan predecible que no ofrece
sorpresa. Solo el mismo aburrimiento que destilaban anteriores entregas.
La Puntilla: “Puedes torturarme, puedes matarme...pero por
favor, ni se te ocurra obligarme a ver de nuevo esta película”.
Mi
Valoración
★★★★★
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