Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 19 de
noviembre de 2010.
Título Original: Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 1.
Director: David Yates.
Guión: Steve Kloves, basado en la novela Harry
Potter y las Reliquias de la Muerte, de J.K. Rowling, publicada en 2007. Género: Fantástico.
Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Eduardo Serra.
Decorados: Stephenie McMillan. Vestuario: Jany Temime.
Productora: Warner Bros. Presupuesto: ±150.000.000 $.
País: Reino Unido. Año: 2010. Duración: 146 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Daniel Radcliffe
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Harry Potter
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Emma Watson
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Hermione Granger
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Rupert Grint
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Ron Weasley
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Maggie Smith
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Minerva McGonagall
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Alan Rickman
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Severus Snape
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Tom Felton
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Draco Malfoy
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Matthew Lewis
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Neville Longbottom
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Natalie Tena
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Nymphadora Tonks
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Brendan Gleeson
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Alastor ‘Ojoloco’ Moody
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Rhys Ifans
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Xenophilius Lovegood
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Helena Bonham-Carter
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Bellatrix Lestrange
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Bill Nighy
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Rufus Scrimgeour
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Tras un golpe de estado que asesina al
Ministro de Magia, Harry, Ron y Hermione se convierten en prófugos. Con
Voldemort tomando el poder de manera clandestina, los tres se ven forzados al
exilio para encontrar los diversos Horrocruxes que destruirán a Voldemort para
siempre, descubriendo por el camino una extraña leyenda: la de las Reliquias de
la Muerte.
Crítica: Última de las entregas sobre la saga del niño
mago que, dividida en dos partes por motivos de guión (y de recaudación, para qué
engañarnos), la cual lastra con el defecto de convertirse en un largo aperitivo
a la espera del plato fuerte, y ciertos momentos donde parece que no ocurre
nada (la boda, que termina por noticias inesperadas; la discusión entre los
tres amigos, que divide al grupo; su huida por las campiñas inglesas, que
justifican una poética y variopinta fotografía). Partiendo de un prólogo que ya
sirve como indicio de donde irán los tiros (el traslado de Harry a lugar
seguro, conteniendo un guiño a Men-In-Black [Barry Sonnenfeld, 1997]) y
nuevamente con algunos añadidos extras al rodaje como Bill Nighy, Domhnall
Gleeson y Rhys Ifans (si bien todos están estupendos en sus roles, los dos
primeros están muy desaprovechados, a diferencia de Ifans, que tiene un poco
más de peso dramático), así como el regreso de viejos conocidos, Kloves vuelve
a ser la gran baza con una mezcla ecuánime entre el drama, la comedia y lo
sentimental, a veces de una forma ejemplar (Harry y Hermione, solos en la
tienda, bailando: una escena que no figura en el libro, irrelevante a todos los
niveles, pero del todo maravillosa; éstos, posteriormente, visitando el pueblo
natal de Harry). Enrevesada y por instantes un poco confusa, David Yates, en su
tercera película potteriana, da un espectáculo de magia en la que caben
situaciones divertidas (Harry, Ron y Hermione, infiltrados en el Ministerio de
Magia) pero cuya naturaleza tiende a la oscuridad de forma irremisible
(Bellatrix, interrogando a Hermione; Ron, haciendo frente a sus miedos; la
huida de la mansión de los Malfoy, que hace sacar la lágrima por su resultado).
Desplat, con una genial partitura, remata una película cuyo final es toda una
promesa: que lo peor aún está por venir.
La Puntilla: “Mi mentor ha sido asesinado, mi enemigo está
apoderándose de todo y este año no puedo ir al cole. ¿Qué más podría salir
mal?”.
Mi
Valoración
★★★★★
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