Vista En: TCM, lunes 2 de octubre de 2006.
Título Original: Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop
Worrying and Love the Bomb.
Director: Stanley Kubrick.
Guión: Stanley Kubrick, Terry Southern y Peter
George, basado en la novela Alerta Roja, de Peter George, publicada en 1958. Género: Comedia.
Música: Laurie Johnson. Fotografía: Gilbert Taylor.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Bridget Sellers.
Productoras: Columbia Pictures Corporation y Hawk Films.
Presupuesto: ±1.800.000 $.
Países: USA y Reino Unido. Año: 1964. Duración: 95 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Peter Sellers
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Capitán Lionel Mandrake
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Presidente Merkin Muffley
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Dr. Strangelove
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George C. Scott
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General ‘Buck’ Turgidson
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Sterling Hayden
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General de Brigada Jack D. Ripper
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Keenan Wynn
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Coronel ‘Bat’ Guano
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Slim Pickens
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Mayor ‘King’ Kong
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Peter Bull
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Embajador ruso Alexi de Sadesky
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James Earl Jones
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Teniente Lothar Zogg
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Tracy Reed
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Srta. Scott
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Jack Creley
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Sr. Staines
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Frank Berry
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Teniente Dietrich
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Robert O’Neil
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Almirante Randolph
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Glen Beck
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Teniente Kivel
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Roy Stephens
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Frank
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En el punto álgido de la Guerra Fría, un
general paranoico le ordena a un bombardero atacar Moscú para exterminar la
amenaza comunista de la URSS. Alertado, el Presidente invita al embajador ruso
al corazón de la inteligencia estadounidense en busca de una solución, a la vez
que un capitán del ejército británico intenta revocar las órdenes del general
americano.
Crítica: Tras la épica Espartaco [1960] y la polémica
Lolita [1962], Stanley Kubrick se lanza de cabeza a dirigir una cruel y
despiadada sátira política que
desmantela la paranoia de la Guerra Fría en toda su acritud, tomando
para la ocasión a un Peter Sellers capaz de desdoblarse en tres ocasiones
distintas y contando con un George C. Scott simplemente soberbio, todo ello
rodado en un elegante y refinado blanco y negro (el momento, surrealista, en el
que el Presidente ordena que no haya peleas en la Sala de la Guerra; Jack D.
Ripper, el clásico general enloquecido y paranoico dispuesto a borrar a sus
enemigos del mapa aunque eso suponga aniquilar al resto del planeta por el
camino; el Dr. Strangelove, un ex nazi con extraños gestos incontrolados que
recuerdan precisamente al saludo de Adolf Hitler). Brillante y rematadamente
crítica en su trama, Kubrick captura la novela de intriga de George para darle
la vuelta y hacer de ella un alegato anti-bélico en toda regla, salpicando su
metraje de secuencias que van in crescendo en su tono de locura desmelenada
(Ripper, obsesionado con que los rusos están contaminando el agua para así
corromper los ‘valiosos fluidos corporales de los americanos’; Mandrake,
dándose cuenta de que Ripper ha perdido la cabeza y debe ser detenido lo antes
posible; el Dr. Strangelove y su charla sobre las consecuencias de un
holocausto nuclear a escala planetaria: una serie de disparates dignos de pasar
a la eternidad). Espléndida en su hora y media de duración, ¿Teléfono Rojo?,
¡Volamos Hacia Moscú!, rarísima traducción del original “Dr. Strangelove, o
Como Aprendí a Dejar de Preocuparme y Amar la Bomba”, es una pieza maestra de
genialidad sobre la obsesión de la raza humana por autoaniquilarse, una cinta
cuyo final a ritmo de Vera Lynn y su “We’ll Meet Again” es un broche de oro
para un film antológico. Tanto como lo de Slim Pickens a lomos de una bomba.
La Puntilla: Presidentes ineptos, científicos chiflados y
militares paranoicos. Si esos dirigen el mundo, que me abduzcan los aliens, por
favor.
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