Vista En: Cines Odeón (Corvera), miércoles 15 de julio
de 2015.
Título Original: Terminator Genisys.
Director: Alan Taylor.
Guión: Laeta Kalogridis y Patrick Lussier, basado en
el libreto de 1984 de James Cameron y Gale Anne Hurd. Género: Ciencia Ficción.
Música: Lorne Balfe. Fotografía: Kramer Morgenthau.
Decorados: Jay Hart y Austin T. Valley. Vestuario: Susan Matheson.
Productoras: Paramount Pictures y Skydance Productions.
Presupuesto: ±155.000.000 $.
País: USA. Año: 2015. Duración: 126 minutos. Color.
Reparto:
|
Personajes:
|
Arnold Schwarzenegger
|
Abuelo
|
Jason Clarke
|
John Connor
|
Emilia Clarke
|
Sarah Connor
|
Jai Courtney
|
Kyle Reese
|
J.K. Simmons
|
O’Brien
|
Dayo Okeniyi
|
Danny Dyson
|
Matthew Smith
|
Alex
|
Courtney B. Vance
|
Miles Dyson
|
Byung-hun Lee
|
Policía/T-1000
|
Michael Gladis
|
Teniente Matias
|
Sandrine Holt
|
Detective Cheung
|
Gregory Alan Williams
|
Detective Harding
|
(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Kyle Reese viaja al pasado para proteger a
Sarah Connor de un T-800 enviado a destruirla, pero al llegar a 1984 es ésta
quien le recoge con ayuda de otro T-800 reprogramado. Juntos emprenden un viaje
por el tiempo para ir al 2017, intentando parar el lanzamiento de un programa
informático llamado Génesis, que será la base para la futura aparición de
Skynet.
Crítica: Monumental despropósito que a lo largo de dos
horas se limita a dar un enorme recital de autoguiños y referencias, incluso
añadiendo alguna de otros títulos, deshaciendo y rehaciendo la original a su
antojo mediante una serie de desmanes imposibles de creer, donde el realizador
de Thor: El Mundo Oscuro [2013] destruye la pureza y el encanto de las previas
para montar un show que solo sirve para evocar cuando Hollywood inventaba
historias en vez de reciclarlas sin gracia alguna (la llegada de Reese a 1984,
con un montaje paralelo que pone patas arriba lo conocido; la fugaz aparición
de un T-1000: ¿cinco minutos para destruir lo que en la segunda parte costó Dios
y ayuda?; Reese, llamando “pellejudo” al T-800, un pequeñísimo tributo a Blade
Runner [Ridley Scott, 1982]). Trastocando las reglas del juego de un modo que
limita con lo aberrante y lo oligofrénico, Emilia Clarke se convierte en una
sosías de Linda Hamilton que busca pero no logra darle el dramatismo que
debería, en tanto que Jai Courtney tampoco logra borrar el recuerdo de Michael
Biehn en lo acartonado de su papel (Sarah, hablando sobre vivir una vida sin
opciones, o su flashback de su niñez con algún detalle no explicado pero que da
en qué pensar; el viaje en el tiempo desde 1984 a 2017: ¿replicar una
tecnología de 2029 con 45 años de antelación?). Teniendo también un defecto
involuntario en su traducción como la falta de Constantino Romero para el doblaje
(la que usaron se queda a mucha distancia de aquella perfección vocal), y con
uno o dos detalles añadidos que no bien expuestos por considerarlos sin
importancia como la capacidad de Sarah para procesar a la primera lo que es
Internet y el mundo de las redes sociales del siglo XXI, Terminator: Génesis se
deja ver a modo de esperpento infumable que vive a la sombra de su predecesora.
Y lo de ver a Schwarzenegger de Terminator canoso es para echarse a llorar.
La Puntilla: Hollywood siglo XXI, o como arruinar tus propias
vacas sagradas solo por hacer taquilla. Y el respeto al espectador a hacer
gárgaras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario