Publicado El: Lunes, 28-Mar-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000463.
Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), lunes 14 de marzo
de 2016.
Título Original: Trois Colours: Bleu.
Director: Krzysztof Kieslowski.
Guión: Krzysztof Kieslowski y Krzysztof Piesiewicz,
con colaboración especial de Agnieszka Holland, Edward Zebrowski y Slawomir
Idziak. Género: Drama.
Música: Zbigniew Preisner. Fotografía: Slawomir Idziak.
Decorados: Marie-Claire Quin, Julien Poitou-Weber, Jean-Pierre Delettre, Christian Aubenque y Lionel Acat. Vestuario: Naima Lagrange y Virginie Viard.
Productoras: MK2 Productions, CED Productions, France 3
Cinéma, Canal+, CAB Productions, Centre National de la Cinématographie, Fonds
Eurimages du Conseil de l’Europe y Zespol Filmowy “Tor”. Presupuesto: [Desconocido].
Países: Francia, Polonia y Suiza. Año: 1993. Duración: 98 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Juliette Binoche
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Julie Vignon de Courcy
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Benoît Régent
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Olivier
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Florence Pernel
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Sandrine
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Charlotte Véry
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Lucille
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Hugues Quester
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Patrice (Mari de Julie)
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Yann Trégouët
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Antoine
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Philippe Volter
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Agente inmobiliario
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Daniel Martin
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La vecina de abajo
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Jacek Ostaszewski
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El flautista
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Emmanuelle Riva
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La madre
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Claude Duneton
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El médico
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Florence Vignon
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La copista
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Julie es una mujer compungida tras el
accidente de tráfico en el que mueren su hija y su marido, un compositor de
música clásica. Debiendo empezar de cero, se muda a París y corta toda relación
con amigos y familia, intentando recobrar su libertad, pero tiempo después un
amigo suyo descubre una partitura de su marido que la obliga a enfrentarse con
su pasado.
Crítica: Primer capítulo de la trilogía dedicada a la
bandera francesa y a sus tres ideales (libertad, en este caso), en donde la
puesta en escena del señor Krzysztof Kieslowski se balancea equilibradamente de
lo poético a lo trágico, aderezado por una banda sonora que recalca esto
primero y una sensacional Juliette Binoche encargándose de lo segundo, metida
en la piel de una mujer a la que la vida le ha quitado todo cuanto tenía (su
reacción de dolor saber de lo ocurrido en el accidente; la dramática charla con
su madre en el asilo, hablando sobre trampas). Siendo capaz incluso de tomarle
el pulso político a la Europa post-Telón de Acero, su trama se amplia en varios
frentes abiertos bien aprovechados que exponen los distintos vericuetos de la
trayectoria vital de una persona y su influencia en aquellos con los que uno se
va encontrando (la inesperada amistad entre Julie y su vecina, o su encuentro
con el joven y afectado Antoine; sus idas y venidas con Olivier; el concierto
inacabado en el que trabajaba el marido de Julie, en honor a la reciente Unión
Europea). Con un talento que solo puede catalogarse de exquisito en cuanto a
fotografía, y el azul como un personaje más, impregnando de su melancólica
tonalidad el metraje, Binoche se revela como una auténtica dama del cine
francés, bella y elegante, arrebatadora y desolada al tiempo, acaparando cada
mirada y cada momento de la película con la cercanía de un personaje que busca
su propio sitio en el mundo tras pasar lo indecible (su mudanza; la venta de su
antigua casa; el descubrimiento de un secreto de su marido y sus
implicaciones). Una historia que, si bien peca de cierta lentitud narrativa,
así como de un epílogo que tal vez no todos comprendan, resulta de lo más
conocida pero no por eso menos fascinante. Una oda visual, magnífica, a la
libertad en la circunstancia más extrema, y al renacer de las cenizas.
Dolorosamente adictiva.
La Puntilla: ¿Cómo recuperar la alegría de vivir tras
perder todo aquello que la hacía tener sentido?. ¿Acaso hay manuales para casos
como esos?.
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