Publicado El: Martes, 29-Mar-2016. Nº De Serie: C25/TCM/0000465.
Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), lunes 14 de marzo
de 2016.
Título Original: Trois Colours: Blanc.
Director: Krzysztof Kieslowski.
Guión: Krzysztof Kieslowski y Krzysztof Piesiewicz,
con colaboración especial de Agnieszka Holland, Edward Zebrowski y Edward
Klosinski. Género: Drama.
Música: Zbigniew Preisner. Fotografía: Edward Klosinski.
Decorados: Tomasz Kowalski, Dariusz Lopinski y Henryk Puchalski.
Vestuario: Jolanta Luczak, Elzbieta Radke, Virginie Viard y Teresa Wardzala.
Vestuario: Jolanta Luczak, Elzbieta Radke, Virginie Viard y Teresa Wardzala.
Productoras: MK2 Productions, Canal+, CAB Productions,
Fonds Eurimages du Conseil de l’Europe, Zespol Filmowy “Tor” y France 3 Cinéma.
Presupuesto: [Desconocido].
Países: Francia, Polonia y Suiza. Año: 1994. Duración: 91 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Zbigniew Zamachowski
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Karol Karol
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Julie Delpy
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Dominique
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Janusz Gajos
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Mikolaj
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Jerzy Stuhr
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Jurek
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Jerzy Trela
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Señor Bronek
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Aleksander Bardini
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El abogado
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Grzegorz Warchol
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El hombre elegante
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Cezary Harasimowicz
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El inspector
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Jerzy Nowak
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El viejo granjero
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Cezary Pazura
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El dueño de la oficina de cambio
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Michel Lisowski
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El intérprete
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Philippe Morier-Genoud
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El juez
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Desahuciado por su mujer en un amargo
divorcio, Karol Karol se las apaña para regresar a su tierra natal en Polonia
gracias a la ayuda de otro hombre, Mikolaj, en un intento de rehacer su vida.
Tras una serie de penurias y aventuras extrañas, la suerte de Karol parece ir a
mejor, pero éste no logra olvidarse de su ex mujer, de la que a pesar de todo
sigue enamorado.
Crítica: Segundo de los tres capítulos dedicados a la
bandera francesa y a sus ideales (igualdad, la que aquí se aborda), cuyo inicio
enlaza fugazmente con la primera parte, pero de la que aparta por completo para
crear un relato del todo diferente donde Kieslowski mezcla comedia y drama para
reflejar lo que significa un cambio político y cultural. Zamachowski, en un
personaje que por momentos parece imitar al Virgil Starkwell de Toma el Dinero
y Corre [Woody Allen, 1969], se convierte en protagonista absoluto de una
aventura repleta de escenas de tensión (su amistad con Mikolaj, llena de
matices: el instante en que Karol va a hacer realidad un deseo de su amigo deja
sin aire; el tono estrambótico en su viaje para volver a su país; sus intentos
por reconquistar a su mujer). Añadiendo a la mezcla una Julie Delpy tremenda y
estupenda en su papel, así como el blanco como tonalidad imperante, apareciendo
de un lado a otro, la película cae en el error de cambiar de sexo a su
protagonista y de tener ausente un tercio entero de su metraje a Delpy, pero el
acierto de saber aprovechar la novedad para contar una historia de caída y
alzamiento, de amor y venganza, que toma vericuetos insospechados (¿Karol,
planeando su propia muerte?: ¿a santo de qué, si no ha hecho delito alguno?;
Dominique, o la mujer en su versión más irascible: su charla en la peluquería
es perfecta, calcando muy bien el dicho de las mujeres despechadas). No tan
conseguida como debiera esperarse, rematada por dos giros finales sin palabras
pero con las emociones a flor de piel, Tres Colores: Blanco es una excéntrica
peripecia que tiene en Zamachowski un baluarte a tener en cuenta (su evolución
como persona a lo largo de su guión resulta monumental), en un largometraje
que, pese a un arranque anodino, poco a poco cobra interés y brío para darle un
epílogo que sabe donde tiene que llegar: a lo más hondo del corazón.
La Puntilla: ¿Tienes a una rubia superexplosiva como Julie
Delpy y prefieres contar la historia por ojos de él en vez de ella?. Tío, que despilfarro.
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