Vista En: Youtube, sábado 7 de enero de 2017.
Título Original: The Spider Woman.
Director: Roy William Neill.
Guión: Bertram Millhauser, inspirado en la novela El
Signo de los Cuatro, de Arthur Conan Doyle, publicado en 1890, así como en los
relatos cortos La Banda de Lunares, de 1892, El Problema Final y La Casa
Deshabitada, ambos de 1903, y El Pie del Diablo, de 1910. Género: Intriga.
Música: Hans J. Salter, sin acreditar. Fotografía: Charles Van Enger.
Decorados: R.A. Gausman y Edward Ray Robinson. Vestuario: Vera West.
Productora: Universal Pictures. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1944. Duración: 63 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Basil Rathbone
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Sherlock Holmes
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Nigel Bruce
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Dr. John Watson
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Gale Sondergaard
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Adrea Spedding
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Dennis Hoey
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Inspector Lestrade
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Vernon Downing
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Norman Locke
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Alec Craig
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Henchman Radlik
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Arthur Hohl
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Adam Gilflower
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Mary Gordon
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Sra. Hudson
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Jimmy Aubrey
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Vendedor de periódicos
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Brandon Beach
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Patrón del carnaval
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Frank Benson
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Encargado de muñecas
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Lydia Bilbrook
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Susan
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Con Londres sacudida por el terror debido a
una extraña oleada de suicidios, Sherlock Holmes finge su muerte de cara a la
prensa para actuar de incógnito. Sospechando que la culpable es una mujer,
Adrea Spedding, se disfraza como un hindú de cierta fortuna para acercarse a
ella. Pero ésta no acaba de creerse su tapadera y decide tomar cartas en el
asunto.
Crítica: Séptimo largometraje con el binomio
Rathbone-Bruce, volviendo de nuevo a hacer de las suyas en una película con un
interesante cambio de aires respecto a las anteriores y un desafío brillante a
todas luces, en el que cada escena es en si misma un peligro que se presenta de
múltiples maneras (la pasión de Holmes por los disfraces, marca de la casa en
casos de necesidad: su aparición como un hindú de nombre Rajni Singh y su toma
de té con Adrea Spedding es tremendamente divertida por el juego de engaños y
mentiras que se establece, con insinuaciones de doble y hasta triple sentido;
el instante en el que Watson recibe la visita de Adam Gilflower, un “tierra trágame”
con el que se vuelve a poner en evidencia su ineptitud; Adrea Spedding, una
versión libre de la literaria Irene Adler con el que Sondergaard eclipsa por su
estilo y sofisticación: su refinamiento e ironía hacen de ella lo mejor de la
película). Su escasa hora de duración permite, gracias a la enemistad
encubierta pero ante todo brillantemente matizada en sus antagonistas,
establecer una suerte de competición de matarse mutuamente entre ambos, con
secundarios como Vernon Downing, de nuevo en la saga tras su aparición en
Sherlock Holmes Desafía a la Muerte [Neill, 1943], y otros inevitables como
Dennis Hoey y su Inspector Lestrade (Holmes, en peligro de ser asesinado por el
mismo Watson sin que éste lo sepa, de una tensión constante al punto de
infarto; ambos, en su casa, hallándose con una súbita dificultad para
mantenerse conscientes; la visita a un entomólogo, en el que no solo Holmes
brilla, si no que se le da a Watson un leve destello de gloria). La Mujer Araña
es una película estupenda con la que pasárselo en grande no tanto con Rathbone
y su pose estirada y su infinita capacidad deductiva, si no con una mujer capaz
de plantarle cara sin perder ni un ápice de clase. Una película espléndida de
todas todas.
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