Vista En: Canal Hollywood, martes 20 de diciembre de
2016.
Título Original: Cutthroat Island.
Director: Renny Harlin.
Guión: Robert King y Marc Norman, basado en una
historia original de James Gorman, Michael Frost Beckner, Bruce A. Evans y
Raynold Gideon. Género: Aventuras.
Música: John Debney. Fotografía: Peter Levy.
Decorados: Maggie Gracy. Vestuario: Enrico Sabbattini.
Productoras: Beckner/Gorman Productions, Canal+, Carolco
Pictures, Forge, Cutthroat Productions, Laurence Mark Productions,
Metro-Goldwyn-Mayer, RCS Video, Guild y Tele-Communications Inc. Presupuesto: ±98.000.000 $.
Países: USA, Francia, Italia y Alemania. Año: 1995. Duración: 124 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Geena Davis
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Morgan Adams
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Matthew Modine
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William Shaw
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Frank Langella
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Dawg Brown
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Maury Chaykin
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John Reed
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Patrick Malahide
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Ainslee
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Stan Shaw
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Glasspoole
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Rex Linn
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Blair
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Paul Dillon
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Snelgrave
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Chris Masterson
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Bowen
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Jimmie F. Skaggs
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Scully
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Harris Yulin
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Black Harry
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Carl Chase
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Bishop
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1668, Morgan Adams es una feroz pirata en
busca de un lugar llamado la Isla de las Cabezas Cortadas, en donde se supone
existe un tesoro gigantesco. Llevándose a un esclavo llamado William Shaw capaz
de leer las piezas del mapa que tiene para dar con él, su búsqueda se verá en
peligro por Dawg Brown, un pirata sanguinario y su tío, que también lo anhela.
Crítica: Aparatosa superproducción sobre piratas
carente de encanto y llena de artificiosidad que falla en sus más que evidentes
pretensiones para crear un espectáculo emocionante, dejando esto a mitad de
camino y contando con un reparto en el que la falta de química entre ellos es
algo de lo que adolece su metraje básicamente desde su principio y hasta su
final (las idas y venidas de Morgan y Shaw, una aguerrida Geena Davis y un muy
embaucador Matthew Modine, que acaban por irse a los topicazos más socorridos
del género y que no logran despertar una mínima chispa de pasión o simpatía;
las traiciones de varios personajes, enturbiando las aguas de forma constante y
sin parar para de ese modo rellenar escenas; el vestuario de la película,
eficiente pero nada excelente a nivel visual, correcto en niveles mínimos).
Fotográficamente de lo más variopinta y colorista en sus panorámicas y con un
par de villanos que uno roba la película y el otro es aburrido por definición,
su banda sonora está siempre atronando para ensalzar los momentos de acción, a
veces a marchas forzadas en su búsqueda de una constante emoción de aventura
(Ainslee, el eterno poderoso corrupto dispuesto a lo que sea por ser más
poderoso y más corrupto; Dawg, o Frank Langella siendo realmente lo único
atractivo de toda la película, eclipsando a Davis y a Modine por méritos
propios; su acto final, una batalla marítima en toda regla, subiendo
geométricamente sus índices de violencia y agresividad). Pese a sus
bienintencionados esfuerzos, La Isla de las Cabezas es un trabajo al que le
faltar fuelle y que funciona a medio gas, lejos de aquellas al estilo de El
Halcón de los Mares [Michael Curtiz, 1940] o La Ley del Pirata [Jacques
Tourneur, 1951]. Una película que aún siendo entretenida para pasarse un rato
divertido, no consigue hacer realidad todo su potencial, limitándose a
permanecer en el reino de las oportunidades perdidas.
La Puntilla: Hay piratas, hay tesoros, hay enemigos, hay
traidores...y no hay ni una pizca de diversión. Que me aspen si lo entiendo.
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