Vista En: TVE-2, viernes 20 de febrero de 1998.
Título Original: Invasion of the Body Snatchers.
Director: Don Siegel.
Guión: Daniel Mainwaring y Richard Collins, basado
en la novela Los Ladrones de Cuerpos, de Jack Finney, publicada en 1954. Género: Ciencia Ficción.
Música: Carmen Dragon. Fotografía: Ellsworth Fredericks.
Decorados: Joseph Kish. Vestuario: [Desconocido].
Productora: Walter Wanger Productions. Presupuesto: ±417.000 $.
País: USA. Año: 1956. Duración: 80 minutos. B/N.
Reparto:
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Personajes:
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Kevin McCarthy
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Dr. Miles J. Bennell
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Dana Wynter
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Becky Driscoll
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Larry Gates
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Dr. Dan 'Danny' Kauffman
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King Donovan
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Jack Belicec
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Carolyn Jones
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Theodora 'Teddy' Belicec
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Jean Willes
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Enfermera Sally Withers
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Ralph Dumke
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Jefe de Policía Nick Grivett
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Virginia Christine
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Wilma Lentz
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Tom Fadden
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Tío Ira Lentz
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Kenneth Patterson
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Stanley Driscoll
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Eileen Stevens
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Anne Grimaldi
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Beatrice Maude
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Abuela Grimaldi
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Miles Bennell es el médico de un pueblo
llamado Santa Mira, en California, que empieza a tener diversos casos de
pacientes que afirman que sus seres queridos son otros. Lo que parece un caso
de histeria colectiva se convierte en horror cuando Bennell, Becky Driscoll y
unos amigos descubren que unas vainas alienígenas replican a los humanos mientras
duermen.
Crítica: Intrigante y perversa propuesta entre terror
y ciencia ficción hecha por el director de Almas en Tinieblas [1949] y Motín en
el Pabellón 11 [1954] entre otras, bajo la cual subyace una muy sucinta y
solapada amenaza sobre el comunismo y la paranoia latente sobre la infiltración
de soviéticos dentro de Estados Unidos (Bennell, escuchando de labios de uno de
los duplicados el estilo de vida que proponen: cambiando alienígenas por la
URSS, el resultado es bastante similar; la cara de Teddy, una bella Carolyn
Jones, al ver como el cuerpo que parecía un cadáver de pronto abre los ojos:
los de ella, mirando una cicatriz, pone los pelos de punta; Bennell y Driscoll,
observando desde la ventana una insólita reunión de los vecinos de Santa Mira,
dejando entrever las dimensiones de la conspiración). Espléndida en su banda
sonora como a la vez elegante en su blanco y negro, Siegel fabula una historia
capaz de ofrecer una intriga y una suspicacia constantes, que va poco a poco
subiendo de tono hasta llegar a proporciones desgarradoras (el inicio, en donde
un enloquecido y desaliñado Bennell intenta avisar a las autoridades del
peligro; el momento fugaz y aterrador en que éste, mientras grita en una
carretera a los coches que pasan a su lado, mira a la cámara para decir “¡Usted
será el siguiente!”: un toque de maestría fílmica hecho para incomodar; la
repetida suspicacia de los habitantes de Santa Mira de que sus seres queridos
ya no son los de antes, un primer indicio sutil pero que genera un fruncido de
ceño). La Invasión de los Ladrones de Cuerpos es una películas con varias
lecturas y una pareja que destila una química total (Kevin McCarthy y Dana
Wynter, clavando ambos el cliché del americano medio), y a dos o tres detalles
servidos en bandeja de plata (una vaina, ‘creciendo’) para crear un trabajo
sublime sobre la pérdida de la identidad y de la propia humanidad.
Sencillamente extraordinario.
La Puntilla: Lo malo de tomar a otros por locos es no
saber si están diciendo la verdad y solo buscan salvarte de un peligro que no
estás viendo.
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