Vista En: Cines Odeón (Corvera), domingo 16 de julio de
2017.
Título Original: LOU.
Director: Dave Mullins.
Guión: Dave Mullins. Género: Animación.
Música: Christophe Beck. Dirección Artística: [Desconocido].
Productora: Pixar Animation Studios. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 2017. Duración: 7 minutos. Color.
Voces Originales:
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Personajes:
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[Inexistente]
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En un parvulario, un niño se dedica a quitar
a los otros todos sus juguetes y posesiones más preciadas cuando salen a los
recreos. Durante uno de ellos en que se queda solo con todo lo que les robó,
descubre en la caja de objetos perdidos a un monstruo que le roba por sorpresa
la mochila, haciendo que el niño persiga al monstruo por todo el patio para
recuperarla.
Crítica: En la misma línea que con cortos como Piper
[Alan Barillaro, 2016] y Parcialmente Nublado [Peter Sohn, 2009], un animador
de la casa Disney hace su debut con un cortometraje sin diálogos que se
presenta como una antesala previa a la proyección de cine de Cars 3 [Brian Fee,
2017], contando con un enorme colorido en lo reducido de su único escenario y
con una premisa que es dolorosa y ampliamente conocida pero que rápidamente se
transforma en algo muy diferente, aderezado por una divertida banda sonora para
la ocasión (el infantil protagonista, el clásico matón/abusón que se dedica a
amargar al resto de compañeros, eterno recordatorio de ese mal llamado
“bullying” que se da en las escuelas de medio mundo; el susodicho monstruo, un
compendio de objetos perdidos que han cobrado vida propia como una sola
entidad: las mil y una formas que adopta según huye del niño como la
persecución en si es con diferencia el mejor momento de su escasísimo metraje;
el flashback, que por sorpresa pone las cosas en su sitio: de una simpleza
increíble). Divertido y a veces agrio pero con un mensaje final de lo más
optimista {obvio, para eso es Disney}, LOU es otra pieza mágica de los
creadores de ideas tan increíbles como Aviones de Papel [John Kahrs, 2012] y
Buenas Migas [Patrick Osborne, 2014], focalizado en algo tan sencillo y a la
vez crucial como la actitud y las formas con que las personas, por pequeñas que
sean, se tratan entre si, para obtener resultados maravillosos (el niño, obligado
a devolver todo lo que robó a cambio de obtener lo que más desea, encontrándose
sin quererlo con algo que va cambiando su forma de ser; su forma de mirar a una
caja vacía: no es posible que sea más enternecedor de lo que ya es). Un corto
precioso llevado a cabo con matrícula de honor. Y sin necesidad de soltar una
palabra.
La Puntilla: Cuantos males podrían arreglarse en este
mundo con un simple gesto de amabilidad.
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