Vista En: Cines Los Prados (Oviedo), sábado 13 de
octubre de 2007.
Título Original: The Seeker: The Dark is Rising.
Director: David L. Cunningham.
Guión: John Hodge, basado en la novela homónima de
Susan Cooper, publicada en 1973. Género: Fantástico.
Música: Christophe Beck. Fotografía: Joel Ransom.
Decorados: Liz Griffiths, Steve Oakes y Kate Venner. Vestuario: Vinilla Burnham.
Productoras: Twentieth Century Fox Film Corporation,
Walden Media y Marc Platt Productions. Presupuesto: ±45.000.000 $.
País: USA. Año: 2007. Duración: 99 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Alexander Ludwig
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Will Stanton
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Christopher Eccleston
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El Jinete
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Ian McShane
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Merriman Lyon
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Frances Conroy
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Srta. Greythorne
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James Cosmo
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Dawson
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Jim Piddock
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George
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Amelia Warner
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Maggie Barnes
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John Benjamin Hickey
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John Stanton
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Wendy Crewson
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Mary Stanton
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Emma Lockhart
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Gwen Stanton
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Drew Tyler Bell
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James Stanton
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Edmund Entin
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Robin Stanton
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En su 14º cumpleaños, Will Stanton es un
chico que descubre ser el séptimo hijo de un séptimo hijo, lo que le da poderes
especiales. Avisado por Merriman Lyon y la Srta. Greythorne de que un ser
llamado El Jinete está planeando sumir al mundo en las tinieblas, Will usará su
poder como viajero en el tiempo para obtener seis signos mágicos con que
derrotarle.
Crítica: Decepcionante y por momentos bizarra
adaptación de la pentalogía literaria creada por Susan Cooper, en la que el
director de Beyond Paradise [1998] y Más Allá del Deber [2001] realiza un
trabajo que deshecha cada una de las virtudes de la novela {la segunda de las
cinco} para crear un marrullero espectáculo que adolece de un reparto más
creíble en su conjunto y de unos detalles que embarran aún más si cabe el
resultado final (la pose divertida de Alexander Ludwig, buscando ser un Harry
Potter de tercera: lo de preguntar a Lyon si puede volar es de esos momentos
poco favorecedores; Christopher Eccleston, un villano de estupenda presencia
pero intenciones archiconocidas y planas, convirtiendo a El Jinete en un
personaje muy acartonado; la escena en la iglesia, en la que de estar rezando
pasan a estar luchando con un bicho sibilante megatocho: efectivo y angustioso
en ejecución pero aparatoso en la resolución, aunque no le falta cierto punto
cómico; Will, revisando la historia de su familia en cajas, encontrándose con
una verdad desconocida para él). A pesar de que un par de actores acaban siendo
simpáticos, su química no basta para levantar una película que parece más
interesada en ser espectacular en pantalla que en contar una historia,
desvirtuando de ese modo la esencia de la película para hacerla una copia
desganada de la saga potteriana (Dawson y George, dos combatientes de la luz
que no dudan en tomarse una pausa en la lucha para beberse unas cervecitas; los
diferentes viajes en el tiempo de Will para conseguir los signos, mal apañados
y peor desarrollados; la presencia de Maggie Barnes, una joven encantadora pero
con una afinidad sospechosa por Will). Acelerada en su narrativa y con un final
al que los efectos especiales le juegan una mala pasada espantosa, Los Seis
Signos de la Luz se convierte por derecho en todo lo que lo una película no
debería ser. Muy lamentable.
La Puntilla: ¿Tanto costaba ceñirse a la historia
original, en vez de meterse en terrenos de demagogia cinematográfica pura y
dura?.
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