Vista En: La Sexta 3, miércoles 2 de noviembre de 2011.
Título Original: The Dead Pool.
Director: Buddy Van Horn.
Guión: Steve Sharon, basado en una historia original
de Steve Sharon, Durk Pearson y Sandy Shaw. Género: Acción.
Música: Lalo Schifrin. Fotografía: Jack N. Green.
Decorados: Thomas L. Roysden. Vestuario: Glenn Wright y Deborah Hopper.
Productoras: Warner Bros. y Malpaso Production.
Presupuesto: ±31.000.000 $.
País: USA. Año: 1988. Duración: 91 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Clint Eastwood
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Inspector Harry Callahan
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Patricia Clarkson
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Samantha Walker
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Liam Nelson
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Peter Swan
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Evan C. Kim
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Al Quan
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David Hunt
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Harlan Rook
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Michael Currie
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Capitán Donnelly
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Michael Goodwin
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Teniente Ackerman
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Darwin Gillett
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Patrick Snow
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Anthony Charnota
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Lou Janero
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Christopher Beale
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Fiscal del Distrito Thomas McSherry
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John Allen Vick
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Teniente Ruskowski
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Jim Carrey
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Johnny Squares
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Harry Callahan se convierte en objetivo de la
prensa debido a su testimonio para encerrar en la cárcel a un importante jefe
mafioso llamado Lou Janero. Mientras éste busca la manera de vengarse, Callahan
y su nuevo compañero, Al Quan, investigan el asesinato de Johnny Squares, una
estrella del rock cuya muerte gira entorno a Peter Swan, un director de cine.
Crítica: Quinta y torpe entrega de las aventuras de
Harry Callahan, al que da vida un ajado Clint Eastwood cuya edad le pasa seria
factura a su personaje más conocido (de los 31 años que tenía en Harry el Sucio
[Don Siegel, 1971] a los 48 que luce aquí se nota la diferencia), en una trama
que parece ir con prisa para ser terminada lo antes posible por lo justito de
su hora y media de duración, y con algún guiño entre ridículo y peligroso a
otro clásico del cine ambientado en la ciudad del Goleen Gate (una persecución
a lo Bullitt [Peter Yates, 1968], con uno de los dos coches miniaturizado pero
igualmente letal; Janero, tanto o más tópicazo de mafioso con ganas de vendetta
por haber ido a prisión: Charnota hace lo que puede; la inclusión de Evan Kim
como nuevo compañero de Callahan, que aparte de ser un toque de corrección
política se permite meter un poco de artes marciales para aderezar la historia:
el actor está de lo más simpático). Rozando peligrosamente la autoparodia, La
Lista Negra más que una continuación se ve como el canto de un cisne que
despide un poco por la puerta de atrás a un personaje que se antoja fuera de
época, y con algún extra que le da un poco de juego para hacerla algo más
atractiva (la relación de Callahan con la periodista Samantha Walker, una
encantadora y preciosa Patricia Clarkson; la reunión de Callahan con sus
superiores, donde queda patente lo anacrónico de sus métodos respecto a los “nuevos
métodos” de la policía: una réplica, más o menos, de otra película suya, El
Sargento de Hierro [Eastwood, 1986], e igualmente divertida; la frase «Las
opiniones son como los culos. Todo el mundo tiene uno», una pequeña variante de
la que se decía en Platoon [Oliver Stone, 1986]*, pero con un tono menos
dramático). Un film con sabor a nostalgia, con la que el director de La Gran
Pelea [1980] hace de su segundo film algo aceptable. Pero lejos de sus
objetivos.
La Puntilla: A veces no es cuestión de si es buena o mala,
si no de tener o no la suficiente edad para hacer según que papel. O demasiada.
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(*Platoon: “Las excusas son como el culo, todo el mundo tiene uno”.)
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