Vista En: La Sexta, viernes 1 de enero de 2016.
Título Original: Riding in Cars with Boys.
Directora: Penny Marshall.
Guión: Morgan Upton Ward, basado en la novela
homónima de Beverly D’Onofrio, publicada en 1990. Género: Drama.
Música: Hans Zimmer y Heitor Pereira. Fotografía: Miroslav Ondrideck.
Decorados: George DeTitta. Vestuario: Cynthia Flint.
Productoras: Columbia Pictures, Gracie Films y Parkway
Productions.
Presupuesto: ±48.000.000 $.
País: USA. Año: 2001. Duración: 132 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Drew Barrymore
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Beverly Ann ‘Bev’ Donofrio
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Steve Zahn
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Raymond ‘Ray’ Hasek
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Brittany Murphy
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Fay Forrester
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Adam Garcia
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Jason Hasek-Donofrio
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Lorraine Bracco
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Teresa Donofrio
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James Woods
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Leonard Donofrio
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Rosie Perez
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Shirley Perro-Hasek
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Peter Facinelli
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Tommy Butcher
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Sara Gilbert
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Tina Barr
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Maggie Gyllenhaal
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Amelia
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Desmond Harrington
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Bobby
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Logan Lerman
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Jason Hasek, 9 años
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En 1961, Beverly Donofrio es una joven que
sueña con llegar a ser escritora. Al conocer a un chico, Ray Hasek, se queda
embarazada al poco tiempo, lo que la obliga no solo a ejercer como madre si no
a renunciar a su sueño de escribir, metiéndose en un callejón sin salida al
descubrir que Ray se ha convertido en un drogadicto y que es incapaz de
rehabilitarse.
Crítica: Melodrama con toques de comedia y viceversa
cortado y diseñado a la medida de una omnipresente Drew Barrymore, cuya trama
supedita al 100% toda la acritud y la amargura de su historia real a la otrora
niña de E.T., el Extraterrestre [Steven Spielberg, 1982], zambulléndose en los
terrenos algo farragosos de la comercialidad y la blandura cinematográfica, con
algún que otro instante divertido pero otros más desaboridos, haciendo que el
biopic de la real Beverly Donofrio se quede a mitad de camino de lo que podría
haber ofrecido (Beverly, practicando con Fay en plena calle como decir a sus
padres que se ha quedado embarazada: Brittany Murphy está hilarante; la
angustia y desesperación de la propia Beverly, quejándose al cielo de por
cuanto tiempo más debe seguir ejerciendo cierto trabajo: la réplica de un
asombrado Jason es perfecta; Steve Zahn, uno de esos actores que parecen
predestinados a los papeles de perdedores y fracasados en la vida, algo que en
esta película hace con matrícula de honor). Recorrido por la historia de
Estados Unidos de 1961 a
1986, algo perceptible tanto en el vestuario como en la puesta en escena como
coches y peinados, Los Chicos de mi Vida, torpona traducción del más
interesante “Montando en Coches con Chicos” es una de esas producciones carne
de cañón para telefilmes de fin de semana pero con actores de primera línea,
cuya presencia es a veces garantía de calidad (James Woods o Lorraine Bracco,
merendándose a Drew Barrymore cuando y como les viene en gana; el final,
decepcionante y absurdo, en exceso reconciliador como temeroso de no ir a sus
últimas consecuencias; el intento de Beverly de escapar del pueblo en busca de
una vida mejor, que termina de la peor manera posible debido a un desliz de la
persona que menos esperaba). Una película que nunca despega de la forma que
debiera. Y sí se hunde en sus propios topicazos.
La Puntilla: Tomarse licencias artísticas para narrar una
historia es una cosa. Inventárselas alegremente, algo muy distinto.
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