Vista En: Youtube, domingo 2 de julio de 2017.
Título Original: The Call of Cthulhu.
Director: Andrew Leman.
Guión: Sean Branney, basado en el relato corto
homónimo de H.P. Lovecraft, publicado en 1927. Género: Terror.
Música: Chad Fifer, Ben Holbrook, Troy Sterling Nies
y Nicholas Pavkovic. Fotografía: David Robinson.
Decorados: [Desconocido]. Vestuario: Laura Brody.
Productora: The H.P. Lovecraft Historical Society. Presupuesto: ±50.000 $.
País: USA. Año: 2005. Duración: 44 minutos. B/N. Muda.
Reparto:
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Personajes:
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Matt Foyer
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El hombre
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John Bolen
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El oyente
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Ralph Lucas
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Profesor Angell
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Chad Fifer
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Henry Wilcox
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Susan Zucker
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Landlady
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Kalafatic Poole
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Bartender
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John Klemantaski
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Prof. Bell
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Jason Owens
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Prof. Quintana
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D. Grigsby Poland
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Prof. Tutchton
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David Mersault
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Inspector Legrasse
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Barry Lynch
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Prof. Webb
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Dan Novy
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Chamán Esquimal
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: Un hombre internado en un psiquiátrico le
cuenta la historia de su vida a otro hombre, así como el trabajo al que él y su
tío abuelo dedicaron toda su vida, y que al parecer está relacionado con una
secta de cultistas que rinden su fe a una serie de dioses primigenios y
perversos, a los que intentan regresar a la Tierra milenios para dominarla como
hace milenios atrás.
Crítica: Segundo trabajo para Leman después de El
Testimonio de Randolph Carter [1987], haciendo otra macabra adaptación del
terrorífico universo del escritor H.P. Lovecraft (1890-1937), en un
mediometraje que recupera toda la magia del expresionismo alemán de Nosferatu
[F.W. Murnau, 1922] en su apuesta en firme por un calco perfecto del cine mudo
en blanco y negro, que ayuda a crear un ambiente de pesadilla (el inicio, con
el interno y el hombre que acude a conocer su historia; la banda sonora,
también haciendo un gran ejercicio de nostalgia por los tiempos de Charles
Chaplin y Harold Lloyd: sin ser espectacular, está muy conseguida; Wilcox, un
artista cuya mente se ve atormentada por unas espantosas pesadillas).
Prescindiendo de modernismos en materia de efectos especiales para cometer un
ejercicio de involución a lo más artesano, La Llamada de Cthulhu es una rareza
que salva esos habituales escollos narrativos y de producción al adaptar al
creador del llamado ciclo de terror Mitos de Cthulhu, creando una inquietud y
un suspense constantes, con una ambientación casi perfecta (la visita del
Inspector Legrasse a la Sociedad Arqueológica Americana, pidiendo información
sobre una estatuilla; el clímax final en un islote, con una tripulación de
barco topándose de bruces con un horror blasfemo y abominable: magistral; sus
últimos segundos, rematando de la manera más simple pero tétrica la historia).
Impecable en el vestuario y en la fotografía para retratar los años 1908 y
1925, y detallista hasta el extremo para conseguir el efecto deseado (los
carteles, que expresan las palabras de unos personajes que hablan aunque no se
les pueda oír, para quien sepa leer los labios: técnica usada en el film de
Murnau; Legrasse y sus hombres viendo una ceremonia ritual en los pantanos),
Leman hace un trabajo que se antoja corto de duración, pero cuya facturación y
acabado son excepcionales.
La Puntilla: Si esta película tuviera fecha de 1930 o
similar, ahora mismo se hablaría de ello como una obra maestra a la altura de
Nosferatu.
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