Vista En: Youtube, viernes 14 de julio de 2017.
Título Original: Dark Night of the Scarecrow.
Director: Frank De Fellita.
Guión: J.D. Feigelson, basado en una historia
original de Butler Handcock y J.D. Feigelson. Género: Terror.
Música: Glenn Paxton. Fotografía: Vincent Martinelli.
Decorados: Dennis Peeples. Vestuario: Leslie Karten.
Productora: Wizan Productions. Presupuesto: [Desconocido].
País: USA. Año: 1981. Duración: 96 minutos. Color.
Reparto:
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Personajes:
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Charles Durning
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Otis P. Hazelrigg
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Robert F. Lyons
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Skeeter Norris
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Claude Earl Jones
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Philby
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Lane Smith
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Harless Hocker
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Tonya Crowe
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Marylee Williams
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Larry Drake
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Bubba Ritter
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Jocelyn Brando
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Sra. Ritter
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Tom Taylor
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Fiscal del Distrito Sam Willock
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Richard McKenzie
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Juez Henry
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Ed Call
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Abogado defensor
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Ivy Jones
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Sra. Willams
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Jim Tartan
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Sr. Williams
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(Para ver su ficha completa en IMDb, pinchar aquí)
Argumento: En un pueblo del sur de Estados Unidos, Bubba
Ritter hombre de gran tamaño pero con la mente de un niño, al que cuatro
hombres acusan y matar por haber matado a Marylee, una niña amiga de Bubba. Los
cuatro van a juicio al saberse que estaba sana y salva. Encontrados inocentes y
puestos en libertad, una presencia en forma de espantapájaros va a por ellos.
Crítica: Película producida para televisión con un
malévolo pero estupendo Charles Durning como protagonista principal, en una
historia sobre venganzas de ultratumba e intransigencias rodada en apenas 18
días en el pueblecito de Piru, California, sin una gota de sangre ni momentos
escatológicos pero con un suspense soberbio y bien traído, que permite diseñar
un clásico relato de fantasmas fascinante en su pequeñez (la cara de Harless
Hocker al encontrar un espantapájaros en su huerto, a pesar de que no es época
de siembra; sus primeros momentos, describiendo a un ser que en su enormidad
resulta de lo más inofensivo: caldo de cultivo para intransigentes y paletos
como Hazelrigg y sus amigos; el juicio, una pantomima a la que no falta la
sutil puya sobre lo que es aplicar justicia). Atmosférica y siempre amenazadora
a cada instante, el director de otras cintas para la pequeña pantalla como La
Patrulla de los Doberman [1973] y Los dos Mundos de Jennie Logan [1979] acomete
con una pericia envidiable un largometraje el cual parece surgido a la sombra
de La Noche de Halloween [John Carpenter, 1978], y que consigue niveles de pura
maldad no tanto en lo visto y lo explícito como en lo sugerido (Hazelrigg y su
manera de mirar a los ojos de Bubba, oculto dentro de un espantapájaros: un
intercambio de miradas que presagia la primera de muchas tragedias; cierta
acusación de la madre de Bubba hacia el propio Hazelrigg, que abre una vía de
naturaleza siniestra que nunca llega a ser explotada del todo; su epílogo, tan
sencillo pero también a la vez tan perturbador que sobrecoge el corazón por sus
implicaciones). Agradable en la fotografía diurna {la nocturna ya es otro
asunto}, y con un Paxton eficiente en tareas musicales, La Oscura Noche del
Espantapájaros es de esas preciosas perlas de artesanía, capaz de infundir
miedo con algo tan simple como un fantoche de paja en una huerta.
La Puntilla: No siempre los monstruos llevan máscara y
disfraz espantoso. A veces son los vecinos que conoces de toda la vida.
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